El Nàstic fue el mejor local del grupo 1 la pasada temporada. En los 19 partidos disputados en el Nou Estadi tan solo dejó escapar 16 de los 57 puntos posibles. Ganó 12 encuentros, empató 5 y perdió únicamente dos choques, en el tramo final del curso. Un rendimiento en su feudo que sostuvo la enorme campaña que completó el equipo grana.
Este año, el conjunto de Dani Vidal no ha empezado a la misma altura. Al menos, en cuanto a números. Ha ganado uno de los tres encuentros jugados en su estadio, frente al Tarazona (1-0), y ha empatado dos (Ourense y Sestao).
El equipo es consciente de que necesita mejorar esas cifras. «Cualquier objetivo pasa por hacer un buen papel en casa», admitía el viernes el técnico del Nàstic, Dani Vidal, en la rueda de prensa previa al choque ante la Real Sociedad B.
La derrota en Barakaldo fue un jarro de agua fría. Por cómo llegó. Con un gol en el tiempo reglamentario. Si el Nàstic conseguía la primera victoria del curso en Amorebieta con un tanto de penalti en el descuento, la semana pasada fue justamente lo contrario. Pero es que además, tuvo el añadido de que segundos antes del 2-1 del Barakaldo, el Nàstic dispuso en las botas de Álex López de una ocasión clara para haber hecho el 1-2.
Ese error, y el gol de Maroan Sannadi minutos después, fue la constatación del problema que persigue al equipo grana en estas primeras jornadas: la falta de contundencia en las áreas. Un aspecto que el propio entrenador admitió en la sala de prensa del Nou Estadi.
El objetivo del Nàstic esta tarde, pasa por eso, por mejorar en las áreas. Ser más preciso en ataque y mantener la concentración defensiva todos los minutos del partido.
El resto de aspectos, el equipo los domina ampliamente. Genera ocasiones en ataque y suele controlar el aspecto defensivo, concediendo pocas oportunidades al rival.
Otro de los asuntos que el Nàstic querrá solventar ante el filial donostiarra es el estreno goleador de Antoñín. La grada espera con ganas el primer tanto del malagueño. Es lo único que le falta para acabar de completar su idilio con los aficionados. Le pone entrega, sacrificio en la presión, gana duelos y da asistencias, pero hasta el día de hoy se le ha resistido el elixir que mantiene a los delanteros satisfechos, el gol.
Dani Vidal posee en su mano dos sistemas. El 4-3-3 con el que acabó en Barakaldo y también arrancó ante el Amorebieta o seguir confiando en el doble pivote y los dos delanteros (4-4-2). Una decisión que marcará el once. Igual que la presencia o no de Óscar Sanz en el eje de la zaga. El canterano grana se ha ganado la continuidad. Otra cosa es si lo hace de central, como en las últimas jornadas, o de mediocentro, obligando al técnico a prescindir de un Montalvo o Gorostidi o incluso de Antoñín, si opta por el trivote en la medular.
Ese carril central es donde se concentran las dudas. Tanto las bandas defensivas, con Pol Domingo y Joan Oriol, como las ofensivas, Jaume Jardí y Víctor Narro, parecen más establecidas.
La Real Sociedad B es el primer filial al que se medirá el Nàstic este curso. Un tipo de rival que se le dio especialmente bien la pasada temporada. Cosechó cinco victorias ante Barça Atlètic (2), Celta Fortuna (2) y Real Sociedad B.
Los donostiarras han comenzado fuertes la temporada. Suman 10 puntos con victorias en sus visitas a Ponferrada y Barakaldo. El conjunto dirigido por Sergio Francisco ha rentabilizado sus goles logrando que todos ellos les den puntos. Tiene la duda de su estrella, Goti, que la pasada temporada fue expulsado en el empate a dos goles entre el Nàstic y la Real Sociedad B disputado en el Nou Estadi.
El colegiado del encuentro será el aragonés Armando Ramo Andrés, de 32 años. Será la tercera vez que dirija al Nàstic. Todas las anteriores (Osasuna B y La Nucía) acabaron en empate.