No será frente al RCD Espanyol, pero esta tarde, a partir de las 19.00 horas, el Nàstic pisará por primera vez el césped del RCDE Stadium. Un estadio de Primera División moderno, inaugurado en 2009, y que todo jugador de fútbol profesional aspira por pisar. Es un escenario de esos imponentes y que si no se deslumbran pueden sacar lo mejor de los jugadores.
El Nàstic no ha tenido la oportunidad de visitarlo para medirse a su propietario, el RCD Espanyol. La última vez que se midieron al conjunto perico fue en Primera División, en la primera jornada de liga de la 2006-07 y en la que acabó imponiéndose por 0-1. Pero ese encuentro se jugó en el Estadi Olímpic Lluís Companys de Barcelona, debido precisamente a que el actual estadio estaba en plena construcción. Pese a esa victoria, y la que se produjo también en el Nou Estadi (4-0), el Nàstic descendió a Segunda y no se han vuelto a cruzar en liga, ni en Copa. La última vez que los blanquiazules estuvieron en Segunda fue en la 2020-21, pero entonces los tarraconenses llevaban una temporada en la Segunda División B, tras bajar en 2019.
Con capacidad para 41.000 personas, los días de partido del Cornellà solo se abre una parte pequeña de la grada y que esta tarde estará formada en buena medida por la Marea Grana. La afición del Nàstic nunca falla y en esta ocasión tampoco quiere perderse el estreno de su equipo en el estadio del Espanyol. Saben que la plantilla necesita de su apoyo para no distanciarse más de las zonas de privilegio y asistirán en masa. Como en los mejores tiempos, más de medio millar de seguidores granas acompañarán al conjunto de Raül Agné esta tarde. Bien en los autocares puestos a disposición del club o en vehículos particulares.
La normativa de la Primera RFEF obligaba al Cornellà a abandonar su habitual terreno de juego de césped artificial, a escasos metros del recinto blanquiazul, si quería mantenerse en la tercera categoría del fútbol español. La solución pasó por un acuerdo entre los dos clubes y el Ayuntamiento para que los verdes pudieran jugar sus partidos de local en el estadio blanquiazul.
Acostumbrados a unas dimensiones y unas particularidades que favorecían su sistema de juego, el Cornellà se ha adaptado al nuevo terreno más rápido de lo esperado. «Se ha adaptado bien al escenario. Parecía que les podría perjudicar, pero se han adaptado», decía el técnico del Nàstic, Raül Agné. De los nueve partidos disputados en el RCDE Stadium el Cornellà ha ganado tres, ha perdido dos y ha empatado cuatro. Su último duelo, antes de las Navidades, se impuso al Numancia por la mínima (1-0). Un triunfo que ha encadenado con el que logró en Calahorra (2-3), remontando un 2-1 en apenas cuatro minutos. Estas dos victorias han sacado al cuadro del Baix Llobregat de la zona baja de la tabla y situarlo solo a dos puntos del Nàstic, tras el empate en Alcoy (1-1) y la derrota en el Nou Estadi frente al Atlético Baleares (1-3).
El técnico Raül Agné recupera a Marc Montalvo, que se perdió el choque frente al Atlético Baleares por sanción, pero sigue sin poder contar con Èric Montes, le queda un partido de castigo, y Pablo, tras confirmar que serán cuatro las jornadas que se perderá (de las que ya ha cumplido uno). Con todo, no parece que vayan a producirse muchos cambios en el once respecto al del Baleares. Las principales dudas están en la delantera y saber quienes acompañarán a Guillermo y Marc Fernández. Aunque como dijo Agné, la preocupación está atrás: «Tenemos defensas fiables, pero a día de hoy no lo están siendo. Llevamos 24 goles encontra y así es muy complicado».