Erik Vizcarro Ruiz (Tarragona, 2002) observaba embobado a los integrantes de la Federación Española de Kárate cuando coincidía con ellos en los torneos. Los veía superiores, como ídolos. “Esta gente es buenísima, son auténticas máquinas”, pensaba. Quien le iba a decir que él iba a pasar a formar parte de ese combinado en un futuro no muy lejano. Cuando le convocaron, hace dos años, no se lo podía creer. “Ahí va la gente buena”, pensaba. Sin embargo, su sueño se había hecho realidad. Todo lo que estaba por llegar estaba de más.
El karateka tarraconense sabía que tenía algo especial para ese deporte desde bien pequeñito. Las dudas se le despejaron cuando logró varios podiums nacionales. Por ello, hace dos años, dejó el fútbol para centrarse en el Kárate de forma completa. Sabia decisión. Aunque recuerda con cariño que fue portero y que llegó a ganar una liga con el Sant Pere i Sant Pau.
Estaría bien puntualizar que nadie le regaló nada. Él se lo ganó todo. A base de talento y esfuerzo diario. Superando rivales con una facilidad absoluta. Sobre todo durante el último año en el que sus registros son auténticamente demoledores. “En 50 combates, no he perdido ningún combate”, asegura el karateka tarraconense con una seguridad en sus palabras que refleja la confianza que tiene en sí mismo.
Además, su trayectoria impresiona. Es cinco veces campeón de Catalunya, actual campeón de España en Kumité en la categoría Cadete Masculino +70kg, cuartofinalista en el Mundial disputado este año en Santa Cruz de Tenerife, en la que fue su primera gran competición a nivel internacional. También es campeón de la Liga Nacional, una competición que valora la constancia y la regularidad y en la que ha arrasado, superando al segundo clasificado en más de 1.000 puntos.
Erik está en estado de gracia y ya vislumbra con grandes esperanzas el Europeo que disputará en Rusia en aproximadamente dos meses. Se ve con opciones de lograr otro gran resultado. “Me veo con posibilidades, con más que en el Mundial, porque allí era novato. En mi categoría el gran favorito es de Dinamarca, ya que es el actual campeón del mundo. Francia e Italia también tienen grandes karatekas”, explica el de Torreforta.
Para el tarraconense, la clave del éxito en el europeo estará en la estrategia deportiva que siempre tiene en mente. “Al ser ocho rondas de dos minutos hay que pelear muy duro y de manera muy explosiva”, asegura. Además, explica que “el karate es un deporte que se valora más una técnica bonita que un golpe fuere. Por ello, la táctica es muy importante, hay que saber leer los combates. Cuanto más peleas, más seguridad ganas en ti mismo”.
Sin embargo, Erik no puede olvidarse de dos personas que han sido claves a nivel personal y deportivo. Esas que le han transmitido la pasión por el karate. La primera es su compañero Alejandro Morales, quien le ha ayudado a centrarse en este deporte. La segunda es su entrenador desde pequeño Paco Fiori, al que Erik ve como algo más que un maestro.
No sorprende ver los éxitos deportivos que acumula al conocerle. Humilde y con una madurez que impacta. Por ello, la mayoría del alumnado de su colegio, el Joan Roig, no conoce sus éxitos deportivos. “Es muy reservado”, comenta su tío. De bien seguro que algún día, Erik le comentará a sus alumnos sus grandes éxitos en el mundo del karate. Porque tiene claro que quiere ser profesor de karate o de gimnasia. Lo conseguirá con la humildad y la seguridad por bandera.