El partidazo del Nàstic ante el Barça Atlètic evidenció que los granas son un rival temible de cara al play-off de ascenso a Segunda. Si sus potenciales adversarios analizaron el encuentro en el Johan Cruyff, seguro que salieron aterrorizados con la posibilidad de medirse a los pupilos de Dani Vidal.
Fue una exhibición en toda regla. Una actuación coral impecable. Pocas veces se ha visto un dominio tan sobrado en el Johan Cruyff de un equipo que no luciera los colores del Barça. Si es que se ha dado el caso alguna vez.
El filial azulgrana no tuvo opciones. Estuvo completamente rendido a los designios del Nàstic. El primer tiempo ni siquiera tuvo balón. Lo perdía constantemente. Incapaz de superar las líneas de presión tarraconenses. Las pocas veces en las que logró hacerlo, se encontró con una zaga impenetrable, de nuevo liderada por Nacho González.
Los futbolistas del Nàstic desplegaron un nivel defensivo sublime. El que les había pedido su entrenador en la previa del partido. Concentrados. Intensos. Imponiéndose en los duelos. Pusieron todo el oficio para frenar el presunto empuje local en el segundo tiempo. No existió, como tal. Desaparecido en la mejor maraña defensiva de Primera Federación.
Todos contribuyeron y es difícil resaltar a un futbolista. Pero la primera media hora de Pablo Fernández fue descomunal. Completó un extraordinario trabajo multidisciplinar. Se volcó para aparecer en todas las facetas del juego. El primero en tirar la presión. En bajar a defender en las pocas veces que el Nàstic tuvo que transitar hacia atrás. Repliegues que los futbolistas de Dani Vidal ejecutaron con velocidad y precisión quirúrgica.
Godoy y Marc Fernández rubricaron con sus goles la superioridad tarraconense. El canario ha tomado el pulso al equipo y a la categoría. El atacante de Corbera de Llobregat puso el punto de veteranía del que ya sabe cómo es eso de ascender de categoría.
El apoteósico final del equipo, celebrando el triunfo con los más de mil aficionados granas desplazados a las gradas del Estadi Johan Cruyff, fue la imagen perfecta del estado en el que el Nàstic llega al tramo final de curso. En plena forma.
En solo tres jornadas, el Nàstic ha conseguido cambiar el estado de ánimo de sus seguidores más exigentes. Después de la derrota en el campo de la Cultural Leonesa y el empate en Sabadell, no tardaron en salir detractores del equipo de Dani Vidal. Llegaban a mirar con miedo el play-off. Después de la victoria en Barcelona, nadie duda de la fiabilidad de la plantilla grana frente a rivales de primer orden.
Fiable para el play-off
El Barça Atlètic confirmó que la competitividad del Nàstic frente a equipos de play-off está intacta. Sus estadísticas con los otros tres equipos clasificados para la promoción (Barça Atlètic, Celta Fortuna y Ponferradina) y el campeón Deportivo de la Coruña son excelentes. 17 puntos de 24 posibles. Siete goles a favor y solo tres en contra. Unas cifras que asustan de cara al play-off.
El Nàstic todavía tiene que cerrar el subcampeonato en la última jornada de la temporada regular. Deberá ganar al Rayo Majadahonda en el Nou Estadi. De hacerlo, acabará el curso regular con una racha de tres victorias y un empate. 10 de 12. La mejor de todos los equipos clasificados para el play-off de ascenso a Segunda División.
