M ás de 420 jugadores y jugadoras reunidos, con el objetivo de «compartir cómo se vive el waterpolo en otros clubes y países». Esta frase de Fran, entrenador del Sant Feliu, es probablemente la que mejor define el HaBaWaBa. El festival, que se celebra del 9 al 12 de abril en Tarragona, agrupa a múltiples clubes de seis comunidades autónomas, de Francia y Malta. En definitiva, se trata de unas jornadas donde equipos alevines y benjamines disfrutan del waterpolo, a la vez que se fomenta el compañerismo entre integrantes de distintos clubes gracias a diferentes actividades y a la convivencia en una misma residencia.
Este sábado se dio el pistoletazo de salida a la competición con los primeros partidos. La piscina Sylvia Fontana fue el escenario de una mañana en la que las gradas se llenaron de padres y madres de todas partes de España y Europa que venían a ver a sus hijos.
Algunos clubes ya conocían lo que era el HaBaWaBa en Tarragona, puesto que se trataba de la segunda edición que se celebraba en la piscina tarraconense. «El año pasado hicieron muy buenas migas con los otros equipos, era lo que más destacaban», comenta la madre de Maddi Andraka, jugadora del Askartza. El equipo vasco guarda un gran recuerdo de la última edición. Su vínculo con otros clubes llegó hasta el punto de competir junto a jugadoras del Rubí porque iban faltos de efectivos. Una anécdota que demuestra cómo este evento prima el compañerismo por encima de la competición.
Después de 15 días «alborotados» por la espera, los integrantes del Askartza -equipo puntero del País Vasco- estrenaron la nueva edición del HaBaWaBa contra el PAN Sharks francés. Además de los familiares, en las gradas también se podían observar jugadores de otros equipos que animaban a sus amigos. Como los del Pays d’Aix, que arroparon a sus compatriotas en el duelo contra el conjunto vasco.
A parte de los encuentros, el festival también organiza actividades por la tarde en el Campus Educativo Tarragona, donde se hospedan los clubes. Èric, jugador del Sant Feliu, explica que es uno de los acontecimientos más esperados entre el equipo. Fran, el técnico de Èric, también destaca que «este tipo de eventos nos sirven para estrechar lazos con ellos» y se marca un curioso objetivo para su equipo en el festival: «A nivel de club, nos hemos planteado que pasen de enfermos del waterpolo a frikis. Que sea el deporte de sus vidas».
Un invitado especial
Cuando la tanda de partidos matinales ya llegaba a su fin, un nuevo personaje acaparó las miradas de todos. Woody, la mascota de Port Aventura, apareció en escena y creó al instante una nube de niños a su alrededor que querían saludarlo y hacerse una fotografía con él. El pájaro se paseó por los banquillos de los ocho equipos que en ese momento disputaban sus encuentros para saludar y bromear con ellos.
La famosa mascota se hallaba en la psicina Sylvia Fontana como preludio del último día de festival. Los 35 equipos pasarán el día en el parque de atracciones tarraconense, una actividad que también despierta el interés de jugadores como Èric, que ya ha ido un par de veces a Port Aventura. Antes, forjarán amistades con integrantes de otros clubes, con los que quizás se vuelven a topar en un futuro cercano.