Aythami Artiles ya es historia. El futbolista canario se retira y el Nàstic siempre será el equipo en el que dio sus últimos pasos. Un jugador que en Tarragona encontró un lugar idílico para retirarse porque allí disfruto de cada día sabiendo que eran sus últimos como profesional. Siempre creyó en el ascenso, hasta en las peores, pero no se pudo dar. Pese a ello, su marcha deja huella porque llegó, se ganó el cariño y se marchó.
El central canario apareció como una opción arriesgada en el pasado mercado de verano. El conjunto grana necesitaba un defensa con buen pie y surgió la opción de Aythami. El curso pasado no había jugado apenas por una lesión, pero con 36 años el Nàstic confió en que andaba totalmente recuperado y apostó por su llegada.
Poco tardó el defensa de Arguineguín en demostrar que estaba totalmente recuperado. Realizó la pretemporada sin sobresaltos y durante las primeras trece jornadas de campeonato lo jugó absolutamente todo. Aythami era todo lo que el Nàstic había estado buscando, un defensa experimentado, sobrio y con buena salida de balón.
Más allá de sus méritos en el terreno de juego fue un pilar básico del vestuario desde el primer minuto. Llegó y se ganó a sus compañeros desde el minuto 1. Dio una lección en cada entrenamiento de sacrificio y humildad. Él ya lo había hecho todo en su carrera, pero en su último año quería despedirse a lo grande por eso acudía a cada entrenamiento con la ilusión por bandera.
Hubo momentos duros en el vestuario, como los hay en todos durante una temporada, pero el canario fue uno de esos jugadores que cuando alzó la voz se le escuchó.
Por eso también fue designado como uno de los capitanes nada más aterrizar en verano. El peso de su carrera y su comportamiento fueron decisivos para esa elección.
Con el paso de la temporada tuvo que lidiar con unos problemas de rodilla y la irrupción de Marc Trilles. Perdió la etiqueta de titular indiscutible y comenzó a convivir con el rol de actor secundario. No tuvo reparos en aceptarlo y seguir trabajando en la sombra siempre para el beneficio del colectivo.
En el tramo final de temporada aprovechó una lesión de su amigo Marc Trilles para volver al once inicial. Jugó los últimos partidos de la fase regular y las semifinales y la final del play-off. Aportó virtudes y tapó defectos, pero no pudo evitar la derrota ante el Villarreal B. Ascender le garantizaba un año más de contrato, pero eso era lo de menos. Aythami quería ascender por ese vestuario que le ha permitido disfrutar de sus últimos días de fútbol como nunca. El lunes tocó despedirse en un día de emociones. Aythami se retira y vuelve a casa. Ahora toca emprender una nueva vida. El canario deja huella en el vestuario y en el Nou Estadi. Siempre será un ejemplo para sus compañeros.
