Decir que la victoria del Salou ante el Llíria tuvo mérito sería quedarse algo corto porque el conjunto de Jesús Muñiz se desplazaba, después de tres derrotas consecutivas, a la pista del segundo clasificado.
Para ponerle más picante, las bajas de Adrià Aragonès, Juanpe Jiménez y Juanjo Santana. Más obstáculos: el resultado de 54-45 al final del segundo cuarto. Todo ello para, en la segunda mitad, dar un golpe encima de la mesa para mostrar la autoridad de este equipo y el saber competir.
La efectividad del cuadro salouense fue la principal baza de los de Jesús Muñiz durante los primeros minutos, hecho que les permitió marcar algo de distancia en el luminoso (10-15), aunque el Llíria consiguió ponerse las pilas y llegar con el empate al final del primer cuarto (22-22).
El timón del Salou lo llevaba Iker Montero, con 15 puntos de los primeros 35 del conjunto azul. Con un 4/5 en tiros de dos y un 2/4 en triples, el ‘7’ y un gran Víctor Aguilar comandaban al cuadro dirigido desde la banda por Jesús Muñiz.
El técnico tenía motivos para estar contento porque los suyos estaban compitiendo en el Pla de l’Arc y porque, a pesar de que el Llíria mejoró sus porcentajes y se fue por delante al descanso (54-45), los azules no desconectaron.
Tan es así que, en el tercer cuarto, el Salou consiguió remontar en apenas ocho minutos con un parcial de 14-25 (68-70). Remontada que a punto estuvo de neutralizar el Llíria (83-78), pero Montero y Aguilar se echaron el equipo a la espalda para ponerle más épica y sellar a fuego una victoria de auténtico brillo.
