Carles Casas le miró a los ojos al meta del Barcelona Sergio Fernández con una frialdad asombrosa. Con el Palau repleto de público y el marcador a ceros, el canterano del Reus se preparó para definir un tiro directo en todo un clásico, con la responsabilidad que eso implica. Ni pestañeó. Cuando Sergio movió el rostro, el audaz jugador del Reus le batió por el único resquicio posible. Se incendió el recinto, pero no Casas, que en lugar de dejarse llevar por la locura colectiva, levantó el brazo y señaló a la grada con una tranquilidad hipnotizadora.
Hay jugadores a los que el peso del escenario no les afecta, se les ve de lejos. Disponen de una personalidad de hierro para gestionar las emociones y para exhibir sobre una pista de hockey todo su potencial. El caso de Casas se ha convertido en uno más de una generación de rojinegros que ha irrumpido con fuerza en la primera plantilla. Nil Viña, Carles Casas, Guillem Jansà, Pol Martínez y Roger Fargas ya conocen al dedillo el libreto de Jordi Garcia, antes hicieron carrera en las categorías inferiores gracias a los consejos de Ramon Margalef, actual gerente de la entidad. En 2022, por ejemplo, conquistaron el campeonato de Catalunya y el subcampeonato de España en edad juvenil de la mano de Andreu Ribas, el entrenador entonces. La mayoría ha frecuentado la selección nacional en sus equipos base.
Alejado de los presupuestos mastodónticos de los rivales que forman parte de clubs de fútbol como casa madre, Porto, Benfica, Sporting y FC Barcelona, el Reus ha decidido tomar un camino arropado en el sentimiento de pertenencia. «Si hemos apostado por esta idea es porque creemos en estos jugadores, los conozco bien y sé lo que pueden dar», reflexiona el mismo Margalef con cierto entusiasmo. Garcia gestiona la aparición de los chicos con minuciosidad. «Todos no pueden llegar a la vez, pero les damos confianza y tranquilidad en el día a día. Hacemos un equipo para los 10 o 12 próximos años», recalca el técnico.
Líderes en OK Plata
Si el Reus ha protagonizado una primera parte del curso más que notable, instalado en la zona noble de la OK Liga y de la Champions, el filial, donde militan los jóvenes cuando no van citados con los mayores, lidera la OK Liga Plata, la segunda competición más importante del país. Una circunstancia que demuestra claramente el nivel de esta nueva generación de promesas de la que presume el club.
«Competir en Plata les ayuda para que después, el paso no les cueste tanto. En todo caso, tenemos que ir con cuidado, porque no es lo mismo asumir el cambio en un equipo como el Reus, que está obligado a ganar cada fin de semana, que en otro que lucha por no descender», reflexiona Jordi Garcia.
El técnico, reusense y criado en la cantera del club en su época como jugador, no oculta que «a nivel personal me atrae mucho este proyecto. El otro día les decía a los jugadores que ahora, en las gradas, pasa algo curioso; vienen los hijos de mis amigos a ver los partidos. Creo que este equipo genera identidad».
La aparición de esta nueva camada provoca que ahora mismo la entidad disfrute de un grupo con ADN Reus por los cuatro costados. Se unen al capitán, Joan Salvat, con 12 temporadas en el currículum, y Diego Rojas y Ferran Giménez, totalmente consolidados.
El caso del chileno Rojas no se escapa de la curiosidad. Aterrizó en la ciudad con 16 años y compitió en categoría juvenil y júnior. En la calle Gaudí se le ve como hijo indiscutible de esta idea, como un reusense adoptado. Él hace vida en la capital del Baix Camp con total naturalidad.
La propuesta no ha tardado en ofrecer beneficios a la hoja numérica de servicios. En las competiciones rutinarias, los de Garcia se codean con los mejores de Europa y ya han disputado una final, la Supercopa de España. Cayeron por la mínima ante el Barcelona Riazor (1-0). Todo este viaje se realiza con el orgullo RTV (De Reus de tota la vida) en las venas.