El Nàstic tuvo un día horrible en Arenteiro. No compareció por el césped del Municipal do Espinedo. Fue una sombra del equipo que es. La peor versión vista hasta la fecha de la etapa de Dani Vidal al frente del cuadro tarraconense encajó la peor derrota. Una goleada dura en la Capital Mundial del Pulpo que dejó una imagen muy tocada del Gimnàstic de Tarragona.
Vio el Arenteiro su oportunidad de pegarse un homenaje a costa de un grande de la categoría. Y lo hizo. Ordenado en defensa y acertado en ataque, destrozó a un Nàstic irreconocible. Baselga se llevó el balón a casa como un trofeo Herculano tras haber domado a la defensa grana.
Incapaz de competir, el Nàstic no estuvo a la altura. No supo plantear el partido que quería, ni contrarrestar la propuesta del rival, ni mucho menos reaccionar a una situación que se ponía peor cada minuto que pasaba. Tampoco funcionaron los cambios tácticos. Dani Vidal arriesgó, pero esta vez, le salió mal.
Se quedó en Tarragona Óscar Sanz, aquejado de una lesión fibrilar en la pierna derecha. La ausencia del mediocentro de Sant Sadurní, convertido esta temporada en central titular, hizo que Dani Vidal, técnico grana, volviera a confiar el eje de la zaga a dos especialistas: Dufur y Gorka Pérez. Una oportunidad para demostrar que los niveles defensivos del equipo pueden evolucionar. Sin embargo, lo que quedó evidente es que la faceta defensiva del equipo está lejos de las grandes cifras de la pasada temporada.
Como era de prever, el guion del partido lo condicionó el Municipal Do Espinedo. Con sus ajustadas dimensiones y un terreno pixelado, se impuso el fútbol de choque. El que apuesta por envíos largos, duelos aéreos, segundas jugadas y acciones a balón parado. En todos esos aspectos, el Arenteiro estuvo por encima del Nàstic.
A los cinco minutos de partido, Enol Rodríguez ya ponía en sobre aviso de la tendencia que iba a tomar el choque. Un Nàstic muy impreciso, descolocado y frágil veía como los jugadores gallegos sabían imponer el plan de partido que necesitaban. Cada pérdida era una posibilidad de contragolpe que la defensa tarraconense no sabía como frenar.
La posesión recayó en las filas gallegas. El equipo dirigido por Raúl Jardiel encontraba los huecos y manejaba el poco ritmo que había en el partido. Con comodidad, acechaba el área de Alberto Varo, que intervenía para impedir el tanto de Ferreiro.
No encontraba la fórmula el Nàstic de superar las líneas de presión del Arenteiro. A Gorka Pérez le quemaba el balón y hacía notar la baja de Óscar Sanz. La única solución grana eran cambios de orientación buscando a un Pol Domingo que estaba igual de desacertado que el resto del equipo. Impreciso, con sus dos delanteros anulados, los extremos extraviados y unos medios que no conseguían ni siquiera recibir en condiciones, el equipo de Dani Vidal se veía superado por un Arenteiro que supo rentabilizar esa supremacía en el campo.
Al descanso, los verdes vencían meritoriamente por 2-0 gracias a un doblete de Marcos Baselga. El aragonés se sumó a la, cada vez más larga, lista de delanteros que se ensaña con el Nàstic de Tarragona. Si en Barakaldo fue Sannadi, en O Carballiño el verdugo grana fue Baselga. Un jugador que figuró entre los posibles refuerzos grana hace un par de veranos.
Se valió de un penalti claro de Unai Dufur para poner el 1-0. Error del navarro que alargó el brazo en una acción innecesaria. Enol Rodríguez estaba rodeado y con Alberto Varo cerca para tapar su posible disparo. Segunda pena máxima en contra en dos jornadas para el Nàstic. El delantero del Arenterio no perdonó. Emulando la ‘casi’ paradiña de Lewandowski, dejó que el arquero tarraconense se venciera hacia un lado para mandar el cuero al contrario.
Tenía mucho trabajo por delante el Nàstic si quería salir de Galicia con algo positivo. Despertar de la siesta era el primer paso. Porque seguía ausente. Aturdido por el planteamiento del Arenteiro.
Incluso Antoñín daba señales de ese amodorramiento generalizado. El portero Diego García le entregó el balón. Un error fuera de su área que el delantero del Nàstic no supo aprovechar. Cuando disparó, el propio arquero se le había echado encima.
Con el Arenteiro jugando a placer, llegó el 2-0. Tras un nuevo ataque tarraconense frustrado por un fallo individual, un pase corto de Pablo Fernández, los locales se lanzaron en una transición velocísima. Un contrataque que dejó en evidencia los errores en las marcas defensivas. Diego Gómez recibió solo en el área y cedió a un Baselga, que también remató a placer sin oposición.
El Nàstic siguió igual de desbordado tras el paso por los vestuarios. Sin dar dos pases seguidos. Los jugadores granas perdían todos los duelos y las segundas jugadas. La posibilidad de remontar era remota, porque la imagen del equipo en Espinedo era preocupante.
Una tesitura tan complicada que Dani Vidal se lanzó con una apuesta tan inesperada como arriesgada. Dibujó un 3-4-3 con la intención de que los suyos se lanzaran hacia arriba.
Pero no había nada que hacer. El partido estaba perdido. El Nàstic era un muñeco de trapo. Sin alma. La apatía dominaba al equipo. Y el Arenteiro hincó el diente.
El tercero llegó por intensidad. Por esa asignatura pendiente en defensa. Hasta tres rechaces en el área grana le cayeron a los jugadores del Arenteiro. No fueron más porque Baselga completó su ‘hat-trick’.
Aún llegaría un cuarto. Un golazo de Enol. Empalmó con el exterior y, dentro del acierto que tenía su equipo, la coló por entre la multitud de piernas para sorprender a Varo.
Un día duro que el Nàstic. Uno de esos partidos para analizar profundamente y poner remedio para que no vuelva a ocurrir.
Ficha técnica
Arenteiro. Diego G., Iano, Javi Moreno, Mangel (Iván Muñoz, 82’), Ferreiro (Adrián Cruz, 82’), Martín, Diego Gómez (Markitos, 82’), Enol, Tarsi, Baselga (Pascu, 74’) y Jordán (Rivelot, 68’).
Nàstic. Varo, Pol, Dufur, Gorka (Álex J, 61’), Joan Oriol (Leal, 71’), Montalvo (Álex López, 61’), Gorostidi, Jardí (Mario R. 71’), Víctor Narro, Antoñín y Pablo (Tirlea, 76’).
Goles. 1-0, Baselga de penalti (32’); 2-0, Baselga (42’), 3-0, Baselga (66’); 4-0, Enol (70’).
Árbitro. Pozueta Rodríguez. TA: Joan Oriol.