El Ayuntamiento de Tarragona ha ofrecido este viernes 3 de mayo por la tarde una recepción oficial al Club Volei Sant Pere y Sant Pau, un acto institucional que se ha celebrado en el Pati Jaume I para reconocer el mérito deportivo y la aportación en la ciudad del primer equipo masculino de este club que ha conseguido el ascenso a la Superlliga 1, la máxima categoría estatal.
A veces los silencios necesitan ruido. El trabajo su recompensa. Los sueños su realidad. El Club Voleibol Sant Pere i Sant Pau vivió una tarde bonita en el Ayuntamiento de Tarragona. El consistorio de su ciudad se rindió a uno de sus clubes con más solera. Esa entidad de un barrio obrero que la próxima temporada competirá en la Superliga 1, la máxima categoría del voleibol español en la que solo hay 12 elegidos, entre ellos, los rojillos.
Jugadores, cuerpo técnico y Alfonso Periañez, presidente del Sant Pere i Sant Pau, llegaron a la Plaça de la Font con sus rostros expresando ya ilusión y nervios. No están acostumbrados a los focos, aunque su talento y su pasión por el voleibol deberían propiciarlo más. Les recibió Rubén Viñuales, alcalde de la ciudad, junto a Berni Álvarez, concejal de Deportes.
Precisamente fue el propio Berni el que inauguró el turno de discursos en el patio Jaume I. El concejal dejó claro que Tarragona no podía sentir más que orgullo por un equipo que ha representado con fidelidad todos los buenos valores del deporte: “Hoy es un día especial para la felicidad del deporte de la ciudad. Llegar al máximo nivel es muy difícil y vosotros lo habéis conseguido sin perder la identidad. Sois un club ejemplar que vive el barrio y la base”.
Llegar al máximo nivel es muy difícil y vosotros lo habéis conseguido sin perder la identidad
El speaker del club rojillo fue el maestro de ceremonias. Llevó con alegría y espontaneidad el acto y sobre todo dejó un mensaje que caló entre los presentes: “Aquí estamos y no es casualidad. Hemos pasado del son al somos. Este equipo transmite amor por esta ciudad y hemos sentido el reconocimiento de ella y de mucha gente que nos quiere. Sant Pere i Sant Pau es Tarragona”.
Vlado Stevovski, técnico de los rojillos, también tuvo su momento y lo aprovechó para agradecer el trabajo a su plantilla, el apoyo a su presidente, a su mujer, Begoña, y al club. Además, lanzó un mensaje firme para el futuro: “Esto no acaba aquí y ahora hay que prepararse para la próxima temporada”. Quién avisa no es traidor.
Raúl Del Río, uno de los capitanes del equipo, expresó con emoción lo que supone para él y para sus compañeros, muchos de ellos también forjados en la cantera rojilla, este éxito: “Llevo ya 13 años jugando en este club desde que llegué con 12 años en infantiles. Para mí es un orgullo poder traer este trofeo al Ayuntamiento de Tarragona”.
Este equipo transmite amor por esta ciudad y hemos sentido el reconocimiento de ella
Especialmente emotivo fue el discurso de Alfonso Periañez, el alma mater del Sant Pere i Sant Pau. Ese hombre que alimenta la bondad con sus palabras. El que siempre confió en el ascenso y el que ha encontrado en San Sadurniño un lugar para la inmortalidad: “Cuando escuché que San Sadurniño iba a ser la sede del ascenso pensé que tenía que haber algún truco porque hace seis años conquistábamos allí la Copa Príncipe y luego subiríamos a la máxima categoría. Realmente ha sido espectacular y Galicia se ha comportado de manera espectacular”.
El presidente también quiso mandar un mensaje a sus chicos, esos jugadores del primer equipo a los que cuida como si fueran sus hijos: “Quiero expresar mi admiración por estos chicos. No es fácil conjugar estudios, trabajo, familia y deporte y hacerlo con matrícula de honor”. Así cerró un discurso que rápidamente fue decorado por unos fuertes aplausos.
El turno de palabras lo zanjó Rubén Viñuales, Alcalde de Tarragona, que no pudo ocultar su amor por el CV Sant Pere i Sant Pau: “Es de justicia divina que hayáis ganado. Podéis estar muy orgullosos. Un barrio de gente trabajadora y humilde pero que está en el olimpo del voleibol. Y no os engañéis, sois Sant Pere i Sant Pau, no solo Tarragona, y tenéis que decirlo con mucho orgullo”.
Tras la foto de familia en las escaleras del Ayuntamiento, los jugadores recibieron la última sorpresa. La Colla de Sant Pere i Sant Pau les dedicó un castell que cerró la recepción en el Ayuntamiento. Ahora toca el baño de mesas en el pabellón rojillo. Será este sábado a las 18.00 horas. Todo homenaje es poco.