El futbolista Dani Alves se sentará en el banquillo de los acusados para ser juzgado por un presunto delito de agresión sexual entre el 5 y el 7 de febrero de 2024, según avanzó ayer el TSJC.
La sección 21 de la Audiencia de Barcelona comunicó la fecha del juicio al futbolista, acusado de agresión sexual a una joven de 23 años, hechos supuestamente ocurridos el 30 de diciembre de 2022 en una discoteca de Barcelona, en el Sutton, a donde acudió con un amigo. El juicio se celebrará los días 5, 6 y 7 de febrero de 2024 a las 10 de la mañana, según fuentes del TSJC.
Alves se enfrenta a entre nueve y doce años de prisión. La Fiscalía pidió nueve años de cárcel por violación y diez años de libertad vigilada, mientras que la víctima solicitó doce años, la pena máxima por este delito contemplada en el Código Penal, y 150.000 euros de indemnización, la misma cantidad que el Ministerio Público. La joven reclama indemnización, aunque en un principio renunció a ella, por secuelas físicas y psíquicas. Esta cantidad ya está depositada como fianza por parte del lateral. La chica está de baja laboral, en tratamiento psicológico con una «una sintomatología ansioso-depresiva».
Días atrás, se especuló con que la defensa de la víctima y de Alves podían llegar a un acuerdo de conformidad. Pero la letrada de la joven, que admitió los contactos, lo negó desde el argumento que las «lesiones son irreparables». El acuerdo, en cualquier caso, podría negociarse hasta el mismo día de la celebración del juicio.
En prisión desde el 20 de enero El brasileño, ex de Barça, PSG, Juventus y Sevilla, está en prisión provisional desde el 20 de enero de este año. Regresó a Barcelona, tras conocer la denuncia de la chica ante la Policía. El jugador se presentó voluntariamente ante los Mossos y desde entonces sigue encarcelado a la espera de ser juzgado. Sus abogados han reclamado varias veces su puesta en libertad, pero los jueces siempre lo han rechazado desde el argumento de que existe un alto riesgo de fuga. Podría huir a Brasil y eludir el juicio.
La defensa del futbolista ha solicitado su absolución, al asegurar que la relación sexual entre ambos, en el baño del reservado de la discoteca, fue consentida. La joven afirma todo lo contrario. Según su versión, que coincide con la de la Fiscalía, fue agredida sexualmente, con penetración, y golpeada por el acusado, que ha cambiado varias veces su relato de los hechos. Desde negar que conociera a la chica hasta admitir que practicaron sexo en el baño de la discoteca.
Según la denuncia, el futbolista bailó con la víctima. Más tarde, la introdujo en el lavabo, cerrando la puerta para impedir que la chica pudiera salir. La joven le pidió que la dejara salir. La violó y la agredió, tirándola al suelo y propinándole bofetadas en la cara. Alves tuvo que reconocer que practicaron sexo cuando las pruebas del ADN hallado en la vagina de la joven fueron concluyentes contra él.