No es casual que la vida artística de Roger Morelló (Reus, 1993) se haya instalado en Alemania, cuna de la música clásica. Este virtuoso del violonchelo se ha construido un camino repleto de prestigio, en el ese registro. Reside en la ciudad de Colonia, donde ha cursado sus últimos estudios de formación con Máster y diploma como solista, aunque gira por toda Europa para hacer lo que más le gusta; subirse a un escenario e interpretar himnos con el instrumento en el que se ha especializado.
Ya ha mostrado su destreza con las cuerdas en importantes salas como la Filarmónica de Berlín, la Sala Beethoven de la Redoute Bonn, el Theater Kerkrade, el Auditori Pau Casals, el Auditori Josep Carreras, el Palau de la Música Catalana o La Pedrera/Casa Milà, como Artista Residente en 2018 y 2019. Se le considera uno de los talentos de la nueva generación nacional.
Morelló exhibe sus capacidades como solista en recitales con orquesta, solo con su violonchelo y con música de cambra. Sin ir más lejos, el pasado 29 de octubre interpretó una pieza compuesta por otro reusense ilustre, Josep Maria Guix, en el Palau Güell de Barcelona, otro de los recintos de postín. También en octubre, deleitó a su público en El Vendrell, en un concierto para conmemorar la muerte de Casals.
Criado en el barrio de la Riera Miró de Reus, el músico necesitó definirse entre dos pasiones muy pronto. Además de gestar esa vocación por el sonido, había enseñado ciertas dotes interesantes en el baloncesto. Finalmente, a pesar del dilema, apostó por esa carrera creativa que ahora mismo le está dando la razón.
A los 8 años ingresó en la Escola de Música Xilòfon de Reus para luego pasar por la Escola municipal de Salou y el Conservatori de Vila-seca. Los estudios superiores los adoptó en San Sebastián, ya con el violonchelo como instrumento inseparable. Su fetiche cada noche de actuación.
2022 le traerá de nuevo a su tierra, en este caso a Tarragona. Para febrero se ha programado un show con la pianista Alica Koyama en el Teatre Metropol. Concretamente el día 22.
El artista destaca por su «expresividad y el dominio de las dinámicas, además de expresarse con mucho carácter». Así definieron los críticos su exitosa actuación en el prestigioso Palau de la Música de Barcelona. «Estoy feliz con el camino que llevo. Sigo trabajando mucho y si veo que un trayecto no funciona, cojo otro», asegura.
Como solista ha compartido escenario con orquestas como Vivaldi, C.P.E.Bach, Haydn (núm. 1 & 2, Sinfonía Concertante), Bruch, Saint-Saëns, Elgar y Tchaikovsky. Además, ha obtenido 18 premios en concursos nacionales e internacionales. Su carrera ha tomado un impulso tan meteórico, que ni siquiera la pandemia ha borrado su caché y una evolución de calidad contrastada.