Picaduras, golpes de calor, deshidratación, tormentas de verano... asistir a festivales al aire libre no es incompatible con cuidar la salud. Algunos consejos son:
Alcohol con moderación
Intentar moderar su ingesta, beber despacio, sin mezclarlo con otras sustancias, y asegurarse de comer suficiente para ayudar al organismo a metabolizarlo.
Alimentación
Se recomienda llevar alimentos fáciles de transportar, pero nutritivos, como frutas y frutos secos.
Atuendo
La indumentaria debe permitir afrontar tanto el calor como el frío y la lluvia con el fin de mantener a raya tanto las insolaciones y golpes de calor como los catarros. Además, no deben faltar gafas de sol y un sombrero para que su sombra proteja bien el rostro, orejas y nuca.
Beber mucha agua
Tomar como mínimo dos litros de agua al día para mantener el organismo hidratado. Esto ayudará, por un lado, a hacer frente a las altas temperaturas y, por el otro, a prevenir posibles problemas intestinales.
Botiquín
El agua oxigenada, desinfectantes cutáneos, las gasas esterilizadas y el esparadrapo permitirán limpiar y curar de manera rápida una lesión producida por una herida o caída leve. Los analgésicos, antigripales, antidiarreicos y antihistamínicos también pueden resultar útiles.
Exposición al ruido
Si se notan molestias en los oídos, mantenerse alejado de los escenarios y sus potentes altavoces entre concierto y concierto.
Picaduras
Para huir de los mosquitos, prescindir de colonias o jabones con aromas demasiado dulces o intensos, ya que atraen su atención. Llevar siempre un repelente. En las zonas de mayor riesgo de picaduras o por la noche, también resulta conveniente usar ropa que cubra toda la piel y, si se pernocta en el recinto del festival, recurrir a mosquiteras. Llevar algún producto para calmar el picor o el dolor tras la picadura de un mosquito u otro insecto también puede ser una buena idea.
Pies
Pueden ser los grandes perjudicados de los festivales. Para minimizar los riesgos, usar un calzado transpirable, cómodo, flexible y de anchura adecuada para prevenir la aparición de rozaduras, callos o ampollas. En las duchas y zonas comunes, utilizar escarpines o chancletas para prevenir la infección por hongos.
Protegerse contra el sol
Es conveniente aplicarse con frecuencia fotoprotectores de factor SPF 30 o superior (al menos cada 2 horas) e hidratarse a menudo. Es importante permanecer a la sombra todo el tiempo que sea posible.