Comer sano y evitar los productos ultraprocesados y con un nivel calórico alto (pizzas, patatas fritas, etc.) favorece la salud mental de los adolescentes y potencia sus habilidades neuropsicológicas, como la capacidad para relacionarse de forma armónica con las demás personas o la gestión de las emociones.
Es el resultado de un estudio liderado por el Grupo de Investigación Neurociencia Clínica y Epidemiológica (NeuroEpia) del Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV), junto con el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal: centro impulsado por la Fundació ”la Caixa”), que viene a constatar hallazgos en esta misma línea, que se han realizado previamente, y que ponen de manifiesto la importancia de la alimentación en la salud y el bienestar emocional.
El estudio también ha constatado que «una alimentación saludable, rica en avellanas, nueces y almendras, favorece el autocontrol y permite, en el caso de los adolescentes, mantener a raya la impulsividad», explica Nicolás Ayala, uno de los investigadores del grupo NeuroEpia.
Por su parte, Jordi Júlvez, el otro investigador del estudio declara: «Una dieta que no sea sana hace que nuestro organismo carezca de los nutrientes necesarios para el buen funcionamiento cognitivo. Los adolescentes que comen habitualmente frutos secos (por ejemplo) están abasteciendo al organismo de ácidos grasos, que juegan un papel esencial para este buen funcionamiento cognitivo».