La Sala Trono aspira a encontrar un espacio definitivo tras más de dos décadas programando en la Part Alta de Tarragona y, más recientemente, en el Teatre Metropol. Precisamente, el inicio de las obras en el Metropol el 1 de abril puede hacer que no puedan acabar la temporada de primavera, a pesar de que desde el Ayuntamiento se intenta que sea compatible con los trabajos. El programador y gestor de la Trono, Joan Negrié, afirma que necesitan un espacio “más grande” con sala de teatro, de ensayos y un lugar de encuentro: “sería maravilloso, pero es un tipo de utopía ahora mismo”. A pesar de que todavía “no está cerrada” la negociación, Negrié voz con buenos ojos la propuesta de trasladarse al Magatzem, si bien sostiene que es una opción temporal para salvar la temporada.
La consellera de Cultura del Ajuntament de Tarragona, Sandra Ramos, recuerda que el inicio de las obras coincide con la finalización del convenio entre el consistorio y la Sala Trono -31 de marzo- que permite que la entidad pueda hacer uso del Metropol. “Ponemos toda nuestra disponibilidad y buena voluntad para intentar encontrar una solución y también se está haciendo de mano de la Generalitat”, explica. Si la Sala Trono puede hacer la programación de abril y mayo en el emplazamiento actual “será decisión la dirección ejecutiva de la obra y la coordinación de seguridad”, asegura Ramos. “Es una decisión técnica, no política”, exprés.
Hasta que este punto no quede resuelto el futuro inmediato de la entidad queda en el aire. El posible traslado al teatro Magatzem tampoco está acordado. Jordi Vinyoles, presidente de la Cooperativa Obrera Tarraconense -gestora del Magatzem-, asegura que mantuvieron una reunión a principios de noviembre con Negrié, el Ayuntamiento y Cultura de la Generalitat. “Enviamos el presupuesto del alquiler y desde entonces no han contestado”, afirma. Aun así, y conociendo las particularidades de la situación, desde la Cooperativa de momento no han programado ningún espectáculo para primavera.
Desde el ayuntamiento, Ramos sostiene que tienen que “respetar los tiempos y términos de dos entidades privadas que se tienen que poner de acuerdo”. “Las administraciones apoyaremos para que haya acuerdo y pensamos que es una buena solución que la Trono vaya al Magatzem”, remarca la consejera.
En todo caso, para el gestor de la Sala Trono esta opción sería “temporal”. “Podríamos estar un tiempo pero aquello no es nuestra casa, el Magatzem tiene su programación propia y su equipo y estructura, entonces sería mucho más complicado quedarnos allí mucho tiempo. Lo que nos gustaría es encontrar un local definitivo”, indica.
Pese a todo, agradece la predisposición de la Cooperativa Obrera: “somos amigos con el Magatzem, tenemos abiertas las puertas de su teatro pero no hay nada cerrado”. A la vez, expresa su satisfacción por el apoyo que están recibiendo: “es la primera vez que siento que realmente vayamos de la mano todos juntos, noto que la Sala Trono interesa a todo el mundo”. Lo que sí deja claro es que una vez acabadas las obras del Metropol, volver no es una opción. “Para nosotros es un teatro demasiado grande, de grandes dimensiones y grandes espectáculos, con 500 y pico personas. Nosotros hacemos otro tipo de programación que no caben en un teatro grande, ni por el músculo financiero ni por el músculo personal”, reconoce.
Obras en el Metropol
Las obras al teatro Metropol empezarán el 1 de abril. Las dos primeras fases durarán ocho meses cada una y servirán para restaurar los elementos modernistas diseñados por el arquitecto modernista Josep Maria Jujol, autor también del propio teatro. La primera fase está presupuestada en 310.000 euros. La segunda, con un coste estimado de 359.000 euros, está condicionada a la subvención del 2% Cultural del Estado para los años 2024 y 2025. En esta etapa está prevista “la ignifugación de las columnas metálicas que hay dentro del teatro” así como trabajos para “evitar filtraciones de agua” que malogran la estructura del edificio.
Además, el consistorio trabaja en la reforma estructural del inmueble, que incluye el espacio cultural y el número 46 de la Rambla Nova. “Lo que queremos es que una vez iniciada la obra, no se pare”, dice Ramos. Por lo tanto, el consistorio tiene “un año y medio para ir definiendo” el resto de la intervención “y buscar financiación”. Es en este momento cuando se aprovechará para cambiar la climatización del teatro. Otro de los proyectos que se quiere abordar es “que la última planta pueda ser un restaurante” y que el canon que se consiga sirva “para pagar los gastos” de mantenimiento del edificio. Toda la reforma costaría entorno a unos 4 MEUR.