¿Qué pasaría si la Guerra Fría de los años 60 nos hubiera llevado al desastre nuclear? Este es el universo que imagina la saga de videojuegos Fallout, ahora llevada a la pantalla pequeña de la mano de Prime Video.
Lisa Joy y Jonhatan Nolan nos llevan de viaje por el yermo, o dicho de otra manera, lo que queda de Estados Unidos después de que las bombas nucleares hayan acabado con la sociedad como la conocían.
Los directores ya habían coincidido en Westworld, otras de las grandes joyas de la ciencia ficción en la ficción moderna. Ahora, en Fallout, nos han entregado un producto lleno de sátira, acción y violencia sin complejos.
El viaje por este apocalipsis retrofuturista inicia desde las Bóvedas, unos búnkeres que pretenden salvaguardar la sociedad americana hasta que remita la radiación.
Allá conocemos a Lucy, interpretada por la británica Ella Purnell, una joven nacida en el subsuelo y regida a las estrictas normas de estos habitantes.
Su realidad dará una vuelta completa cuando un ataque y el secuestro de su padre (encarnado por el histórico de la serie B, Bruce Campbell) le obliguen a salir a la superficie y descubrir un mundo nuevo.
Road movie por el páramo
Así da inicio un clásico viaje del héroe, heroína, en este caso, donde lo más relevante del trayecto es precisamente el lugar donde se desarrolla.
El universo de Fallout mezcla lo mejor de las ambientaciones apocalípticas con una estética y música que nos transporta a la década de los años sesenta.
Durante el camino, conoceremos a los disparatados habitantes que sobreviven en el yermo, desde trasnochados cazarrecompensas, aberrantes mutantes y fanáticos religiosos armados hasta los dientes.
Como consecuencia de este cóctel, encontramos como resultado una road movie llena de humor negro y violencia explícita, fiel a como lo representaba el videjuego.
Uno de los puntos fuertes de la obra, aunque puede alejar a muchos, es lo poco (por no decir nada) que se corta a la hora de mostrar violencia explícita. Cráneos aplastados, puertas que parten cuerpos por la mitad y tenedores clavados en el ojo harán girar algún estómago y vibrar de emoción a los amantes del gore.
No obstante, estas imágenes son presentadas con cierto sentido de la ironía y con una excelente banda sonora de fondo, ya que la serie recupera los grandes hits americanos de los 60 (Nat King Cole, toon o Jonhy Cash) como hilo musical del despiporre.
En este sentido, la serie bebe del mejor explotation para entregarnos un producto que nos recuerda a las películas de Quentin Tarantino, donde la violencia se convierte en un vehículo para la estética.
El otro gran ingrediente de la fórmula es la sátira, ya que Fallout se ríe de ricos, pobres, creyentes y, en general, toda la sociedad occidental a través de esta hipérbole apocalíptica.
Por otra parte, la serie llega en un momento de escalada de tensión bélica, haciendo que un mundo arrasado por la guerra nuclear no nos parezca tan ajeno. «La guerra nunca cambia» es uno de los lemas de la saga de Bethesda, al cual se podría añadir «y la estupidez humana tampoco».
Edad de oro de las adaptaciones de videojuegos
Si eres un auténtico fan de la saga Fallout disfrutarás sin medida la serie, ya que está plagada de guiños y referencias para los más cafeteros.
No obstante, este producto es perfecto también para aquellos que desconocen el videojuego, permitiendo entrar a este rico universo desde cero si no eres especialmente hábil con los mandos.
Lejos quedaron aquellos tiempos donde las adaptaciones de videojuegos al audiovisual eran sinónimo de desastre. Parece que las distribuidoras y las plataformas de streaming han encontrado la clave con las series.
‘The Last Of Us’, ‘Arcane’ y ahora ‘Fallout’, entrarán en la historia como grandes adaptaciones que consiguen contentar a los fans y sacar historias de la consola para descubrirlas a un público nuevo con gran calidad.