Lydia Davis expande la idea de cuento

El libro viene dividido en cinco partes donde se van agrupando los cuentos, de extensiones diferentes y respondiendo a premisas distintas

28 septiembre 2024 17:08 | Actualizado a 29 septiembre 2024 07:00
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La escritora Lydia Davis (Massachusetts, 1947) supo de niña que sería escritora. Eligió los cuentos como género y durante años se peleó para escribir un cuento clásico, al menos en lo formal. Pero poco a poco su escritura y sus circunstancias, como tener que traducir a Proust y no tener tiempo para escribir e imponerse la escritura de una pieza corta, de un párrafo, al día, la llevó a expandir el terreno del cuento, a coquetear con las formas y a centrarse en las frases, buscando la sorpresa o algo así como un destello. Lydia Davis es cuentista, también ha escrito ensayos sobre literatura, sobre arte y sobre sus oficios, escribir y traducir. Tras la publicación del primer tomo de sus ensayos, Eterna Cadencia publica un nuevo volumen de cuentos de Davis: Esa gente que no conocemos, con traducción de Eleonora González Capria.

El libro viene dividido en cinco partes donde se van agrupando los cuentos, de extensiones diferentes y respondiendo a premisas distintas. Hay series, como “Fama se reclama”, donde se trazan relaciones entre la escritora y personajes más o menos famosos. Copio una: “‘Fama se reclama #2: Karl Marx y mi padre: Karl Marx y mi padre, los dos, tuvieron hijas. De grandes, las dos hijas se dedicaron a la traducción. ¡Las dos tradujeron Madame Bovary, de Gustave Flaubert!”. La numeración es una pista falsa: la siguiente, que aparece unas cuantas páginas después tiene el número 7. Pero hay otras series, como “Momento de irritación conyugal”: aparecen varias escenas, casi siempre diálogos breves, de pequeñas discrepancias cotidianas. Hay también entregas de series que aparecen en otros libros de Davis, como las Cartas de queja. Y sin que estén englobados en una serie, hay muchos textos sobre traducir, a veces se centran en el aspecto más social y en lo que no tiene que ver con el trabajo en sí, otras, el foco está puesto en una palabra concreta o en cómo resolver un problema de traducción. Hay también muchos cuentos que transcurren en viajes en tren, allí la voz narradora trata de trabajar, lee o genera una situación incómoda por su propia torpeza.

Esa gente que no conocemos es una lectura muy estimulante, divertidísima y que va avanzando como por motivos: están los viajes en tren, como hemos dicho, pero también los animales (un mapache, gatos, hormigas), el tiempo que pasa, envejecer y algo a lo que le saca mucho partido Davis: a las relaciones cotidianas pero sin intimidad, es decir, los vecinos. El volumen tiene algo de collage también: hay comentarios a cuentos, cartas, textos apoemados y la pieza más larga está compuesta de lo que parecen frases de un tablón de anuncios virtual. Muchos cuentos parecen preguntarse sobre su propia naturaleza, de manera explícita o no. Por ejemplo, “Miedo a envejecer”, una de las piezas: “A sus veintiocho, / ella anhela tener veinticinco otra vez”. ¿Puede un cuento ser tan corto? Si no es un cuento, ¿qué son esas dos frases que de una manera inesperada e ingeniosa condensan el miedo al paso del tiempo de una manera tan clara y contundente?

$!Lydia Davis expande la idea de cuento

Título: Esa gente que no conocemos

Autora: Lydia David, traducción de Eleonora González Capria

Editorial: Eterna Cadencia, 2024

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