En tiempo de dificultad, cultura. Si la pandemia trajo efectos devastadores en casi todos los sectores, en el de los libros generó hábitos saludables. Probablemente estamos hablando de una de las pocas connotaciones positivas que trajo el confinamiento. Las horas interminables de encierro dieron para mucho. Para leer, también. Ya dicen que la lectura nos hace más libres y mejores personas, además de enriquecer a cualquier sociedad.
Se recuperaron rutinas de lectura que hacía años que no se detectaban. Se llegaron a invertir ocho horas a la semana. Así lo anunció el Baròmetre d’Hàbits de Lectura y compra de Llibres que presentó en Madrid el Gremi d’Editors la pasada semana. Todas las autonomías mejoran sus índices de lectura en todos los tramos de edad y género. La media española se sitúa en el 64. Catalunya, por ejemplo, alcanza el 68 por ciento de lector frecuente, por detrás de Madrid, País Vasco y Navarra.
Por otra parte, el 67,9 por ciento de la población española lee libros, el 64,4 lo hace en tiempo de ocio, mientras que el 21,2 por trabajo o estudios. Unos registros que reflejan una mejoría evidente.
Las mujeres continúan al frente de las cifras, una característica que se acentúa con la edad, sobre todo de entre los 55 a los 64 años, un tramo que muestra una diferencia de más del 20 por ciento con los hombres. Se trata de la franja que más impulsa la industria editorial, razón por la cual se intentan alcanzar las expectativas con más variedad y calidad. El panorama optimista también cuenta con un elemento negativo. Un 35,6 por ciento de la población no lee nunca o casi nunca, un dato que, eso sí, ha mejorado con respecto a 2012. Entonces llegaba al 50 por ciento.
En 2021, las ventas de libros en el Estado español crecieron un 44% en el primer semestre respecto a 2020, con una facturación anual en torno a los 1.100 millones de euros. Catalunya es donde se venden más libros de todo el Estado, un 22% del total. Además, pese a la venta por internet, de cada 100 libros vendidos, 68 han sido comprados a través de librerías.
Recuperar pérdidas
En este sentido, «en 2021 hemos recuperado las pérdidas de 2020 por el coronavirus y hemos superado las de 2019», reconoce Jordi Peñas, de la librería Galatea de Reus. Mientras, Pitu Rovira, de la librería de La Capona, de Tarrafona, admite que «ahora mismo estamos estabilizados, aunque hay que ser prudente con el tema de la compra de libros. Es probable que a nivel de plataforma digital, online o en las mismas editoriales hayan subido. Nosotros estamos estables».
Según las estimaciones, en el Estado español, en el caso de grandes novedades editoriales, las ventas en formato de libro electrónico o e-book representan entre el 15 y el 25%, aunque algún título puede llegar al 40%.
Así, el sector editorial se encuentra inmerso en un nuevo ecosistema productivo en el que conviven la edición tradicional, en papel, y la edición de libros electrónicos. Han surgido nuevas formas de leer, favorecidas por la digitalización de contenidos y el uso intensivo de internet y de todo tipo de dispositivos electrónicos dotados de pantalla.