Los espías de la tele

En la tele se mueven cientos de millones de euros, el espionaje industrial está a la orden del día y los canales compiten por cada minuto que nuestras retinas dedican a mirar las pantallas

12 enero 2025 07:10 | Actualizado a 12 enero 2025 07:14
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Hace más de 500 años el filósofo inglés Thomas Hobbes dijo aquello de «la información es poder». Una afirmación muy cierta durante los últimos 5 siglos en los que la información ha estado en manos de muy pocos y los periodistas trabajaban para sacarla a la luz. Pero actualmente vivimos un exceso de información que ha provocado que esta cotice a la baja y que además tenga que competir a muerte con los bulos. Por eso ahora lo realmente importante es el relato.

Seguro que habéis escuchado bastante la palabrita en los últimos años. El relato. Es un término un poco odioso, pero define bastante bien lo que está pasando en este loco mundo en el que vivimos. El relato siempre fue patrimonio de personas con imaginación que creaban ficciones para entretenernos: Sófocles, Julio Verne, Emilia Pardo Bazán... Otra cosa era la historia, que escribían siempre los vencedores. Actualmente se confunde relato con historia y todo el mundo, incluso los perdedores, juegan a manipular la realidad para arrimar el ascua a su sardina. No importa lo burda que sea la mentira, el volumen de «información» es tal, que siempre habrá alguien que se la crea y la retuitee.

Los directivos de la tele ahora hablan como futbolistas, con la mano en la boca

La cosa del relato empezó en política donde ya es un clásico que en la noche electoral no pierda nadie. Nadie asume cuentas, ni nadie dimite porque, según el relato, todos han ganado de una forma u otra. El relato es el número de manifestantes que dice haber reunido la organización y la información los que dice la policía tras un cálculo matemático. Hoy la apropiación del relato ya no solo es patrimonio de la política.

Ahora que lo que pasa en la tele se ha convertido en la nueva prensa rosa, la televisión también tira de relato para tapar sus fracasos. Se manipulan y retuercen los datos de audiencia para anunciar a bombo y platillo aquello de «no estamos tan mal» o incluso aquello otro de «estamos en la Champions league de la televisión». El objetivo es siempre el mismo: facturar más dinero. Que los anunciantes se traguen la bola y sigan metiendo dinero en esos programas.

La información televisiva vive un auténtico boom popular y las tramas de la tele, que ya quisieran La Diplomática o Juego de Tronos, protagonizan las portadas de los grandes periódicos. La batalla Motos-Broncano, las campanadas de Pedroche, Lalachus y la dichosa estampita o el destierro de los mejores colaboradores de Sálvame de Mediaset y su heroica resurrección en TEN tienen un seguimiento casi diario en toda la prensa. De ahí la obsesión por controlar el relato que ha llevado a algunos canales y a sus responsables de comunicación a comportarse a lo Tony Soprano presionando hasta límites inimaginables a la prensa especializada en televisión. Llamadas y mensajes amenazantes, chantajes, bulling, sobornos encubiertos... todo para lograr que se publique algo o para que no se publique.

Desde hace unos meses hacemos una sección de tele en Ni que fuéramos Shhh en TEN, en la que participan periodistas de la mayoría de medios. Y en estos meses he observado dos cosas en ellos: una es que aman la tele y trabajan para mejorarla. Y otra es que están brutalmente presionados. Les vetan en ruedas de prensa, igual que hacía VOX con los medios críticos, o directamente les sacan de los grupos de difusión de información del canal; premian a los periodistas «buenos» invitándoles a hoteles de 5 estrellas y castigan a los «malos» no invitándoles; o les obligan a cambiar el titular y/o lo retuercen hasta el punto de construir un bulo que luego ni siquiera tiene su desarrollo en el cuerpo de la noticia.

«Algo Pasa TV es una cuenta de Instagram sin acreditar y es, a día de hoy, el medio más fiable para informarse de lo que pasa en la tele, en sus platós, en sus pasillos y en los despachos de los directivos»

Y en este contexto ha irrumpido sorpresivamente un fenómeno que amenaza con llevarse por delante a todos esos directivos de comunicación de la tele que con mano de hierro intentan controlar el relato televisivo amenazando a periodistas. Se llama ‘Algo Pasa TV’, es una cuenta de Instagram sin acreditar –no se sabe quién está detrás– y es, a día de hoy, el medio más fiable para informarse de lo que pasa en la tele, en sus platós, en sus pasillos y, lo que tiene mucho más mérito, lo que se dice en los camerinos y lo que se decide en los despachos de los directivos. Hay que suponer que, igual que pasó con Wikileaks, muchas personas del medio –redactores, guionistas, presentadores y también directivos– animados por la protección que da el anonimato, están filtrando información constantemente a esta cuenta misteriosa que trae de cabeza a todo el sector audiovisual. Inquietante. Estoy convencido de que actualmente hay más espías en la tele que en el CNI. Se dice incluso que los directivos empiezan a hablar con la mano en la boca como los futbolistas. Porque ‘Algo Pasa TV’ está demostrando que lo sabe todo antes que nadie y los demás medios empiezan a citar sus exclusivas porque el 100% de lo que publica se acaba confirmando. Se mueve libremente sin compromisos ni intereses comerciales o políticos. No vive de la publicidad y publica lo que quiere y cuando quiere.

La información veraz, como la de Algo Pasa TV, siempre es el enemigo del relato manipulado

Una cuenta así debería ser un ejercicio periodístico o de transparencia, pero se ha convertido en una práctica peligrosa con la que las cadenas quieren acabar, como los gobiernos (sobre todo el de EEUU) quisieron acabar con WikiLeaks. La información veraz es siempre el enemigo del relato. ‘Algo Pasa TV’ es a la tele lo que Navalny fue a Rusia. ¿Por qué sino su responsable o responsables no se atreven a dar la cara? En la tele se mueven cientos de millones de euros, el espionaje industrial está a la orden del día y los canales compiten por cada minuto que nuestras retinas dedican a mirar las pantallas, así que les incomoda mucho que un anónimo les tenga monitorizados (igual que mosquea que Broncano sea el rey de la tele y la Esteban la reina).

La especulación sobre quién o quiénes están detrás de ‘Algo Pasa TV’ es la comidilla de todos los días en el sector. Hay tanto nerviosismo en las direcciones de comunicación de los canales que se han llegado a organizar purgas internas para cazar a ‘Algo Pasa’ con víctimas inocentes. A nosotros mismos, los de Fabricantes Studio, a mí personalmente también se me ha acusado de estar detrás de la cuenta y, en cierta manera, también hemos pagado las consecuencias. Confieso no tener nada que ver con ‘Algo Pasa’, cosa que me duele un poquito porque me gusta estar cerca de las buenas ideas.

Quiero aprovechar esta tribuna para enviarle todo mi apoyo y respeto a la prensa especializada. Ahora que hablar de la trastienda de la tele es casi más competitivo que lo que se ve en la tele, ahora que los periodistas de tele os habéis convertido en objeto de deseo, os animo a que denunciéis las prácticas abusivas de algunos y a que sigáis ejerciendo un periodismo crítico y valiente. Y vosotros, audiencia, seguid mirando lo que os apetezca, porque vosotros tenéis el auténtico poder.

Por mucho que un canal intente vender humo y vestir de seda producciones muy monas, si vosotros lo veis es que funciona, si no lo veis... pues eso. Y al final la tele es como el fútbol. Un club u otro pueden vender que son los mejores, que tienen al mejor jugador del mundo, que los árbitros van en su contra... Lo que sea. Pero al final, lo que cuenta de verdad son los puntos. Y en tele los puntos sois vosotros y a vosotros nadie os puede comprar.

No dejemos que en el 2025 el marketing malo y las direcciones de comunicación que imitan a los peores asesores políticos nos dicten el relato. Porque el relato, cuando es falso, es el poder de los necios.

Y al fin y al cabo... solo es tele.

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