Los vídeos que la cambrilense Carly Gibert colgaba en sus redes sociales llamaron la atención, hace cuatro años, del gigante discográfico Universal Music en Estados Unidos. Y con solo 16 años firmó su primer contrato con Roc Nation, la agencia de representación de Jay-Z, y compartió mánager con artistas de la talla de Shakira y Rihanna.
Las siete primeras canciones que lanzó con Universal resonaron con fuerza en Los Ángeles, donde se instaló, y acumularon más de 6 millones de reproducciones en Spotify y más de 5 millones de visualizaciones en YouTube. Destaca el tema Game for Two, con la colaboración de Bootsy Collins.
Entonces llegó la pandemia y todo se paró. Gibert abandonó el sueño americano y se trasladó a Barcelona, donde inició una nueva propuesta artística más independiente, aunque no se desvinculó por completo de Los Ángeles y todavía mantiene contacto con productores, artistas y amistades.
Apasionada del hip-hop, el rap, el R&B y el house, la vuelta a Catalunya le brindó, asegura, «una sensación de libertad y autonomía en relación a la industria musical», que se refleja en su álbum Tabula Rasa (2022) –en el que colaboran Aleesha y Saint Bodhi– y en el single que acaba de publicar este mes, That Guy, disponible en las plataformas digitales.
Destaca también como compositora del fenómeno musical surcoreano K-Pop
«Es una canción que trata sobre la libertad de expresión, superando el orgullo y las propias censuras. Refleja mi estilo personal y presenta mi perspectiva sobre cómo me muestro ante el mundo. En repetidas ocasiones, he recibido comentarios sobre cómo debería ser más femenina o cómo me debería comportar. No sé por qué a la gente le preocupan tanto estas cosas. Todo es mucho más simple de lo que parece. Si soy así, no entiendo por qué tiene que ser un problema», afirma la joven cantante de 21 años.
En este tema combina muchas de sus influencias. «Es un sonido con el que estoy experimentando y me gustaría seguir explorando. Creo que es una representación fiel de quién soy como persona y artista. Expresa mi descontento con las expectativas impuestas tanto por otros como por mí misma. Espero que pueda resonar con aquellos que hayan experimentado presiones similares y les ayude a darse cuenta de que la paz mental es lo más importante, y todo lo demás es secundario», añade.
En su música, se aprecian elementos característicos de cada género, fusionados de forma equilibrada. El hip-hop y el rap le permiten expresar su voz y fluidez lírica, mientras que el R&B aporta una sensibilidad melódica y emocional Y las influencias del house añaden ritmos contagiosos y una energía vibrante a sus temas, explica.
Involucrada en todo el proceso
Carly Gibert destaca también como compositora de canciones del fenómeno musical surcoreano K-Pop y para populares artistas de aquel país asiático. El año pasado creó la canción Anywhere but Home para la cantante SEULGI, que ya ha superado los 10 millones de reproducciones en Spotify.
La cambrilense se involucra en todos los aspectos del proceso creativo. Desde la producción vocal hasta el diseño gráfico, la dirección de videoclips y la animación en 3D, ella pone su sello personal en cada etapa de su trabajo. Como escritora principal de todas las canciones que ha lanzado, destaca como una narradora honesta, capaz de transmitir sus verdaderos sentimientos a través de su música.