Las mejores colecciones del Museu de Reus se encuentran al descubierto con la muestra Gran Reserva, una especie de tesoro fetén del patrimonio cultural de la ciudad, con piezas valiosas de autores como Gaudí o Crolls, entre otros muchos hallazgos.
Seguramente, para los y las coleccionistas románticas, se trata de un espacio idílico para descubrir reliquias desconocidas.
En este sentido, se trata de una selección razonada de piezas, un total de 160 concretamente, de las diversas colecciones del Museu de Reus (arqueología, etnología, historia, arte y fotografía e imagen en movimiento).
Un recorrido por algunos de los objetos más singulares e interesantes que permiten entender el Reus actual a través del Reus del pasado. Destaca, al mismo tiempo, la labor del museo y cómo estos objetos entran en las secciones y, en algunos casos, trascienden hasta convertirse en símbolos.
Hasta el punto que se pueden hallar un dibujo de Gaudí, una lavadora de Crolls o una ánfora romana y descubrir qué relación existe entre ellas.
La producción se ha dividido en dos grandes ámbitos. El eje temático explica cómo las piezas acaban integrando las colecciones del Museu de Reus.
Igualmente, para reforzar el concepto de reserva, se ha optado por una museografía sencilla, basada en materiales de almacenamiento y movimiento de obras, con materiales como los palés y estanterías metálicas. El conjunto responde a un ramillete artístico detallista, capaz de transmitir identidad a los y las visitantes.
Dos ámbitos
La estructura de la exposición se divide en dos ámbitos. Por un lado, el activo del territorio, donde se enseñan las piezas provenientes de la labor proactiva del museo como adquisiciones, compañeras de recolección, excavaciones arqueológicas o compras.
Destaca cómo, en buena parte, esta actividad ha supuesto el salvamento del patrimonio en episodios de destrucción, como el derivado de la Guerra Civil.
Por otro lado, el segundo apartado se relaciona con los mecenas y donantes. Exhibe las piezas provenientes de donaciones, depósitos y aportaciones de mecenas y donantes que han visto, en el museo, el espacio idóneo para la conservación y difusión del patrimonio, así como para compartirlo con el resto de la sociedad.
Mayoritariamente, éste es el origen de las colecciones del museo y la muestra quiere convertirse, también, en un reconocimiento a estas personas y su generosidad.
Desde su inauguración, hace justo 90 años (1934), el Museu de Reus se ha transformado en un referente con respecto a la conservación, protección y difusión del patrimonio cultural de la ciudad.
Ha consolidado una colección de 815.000 piezas y, justo en el instante en el que se va a llevar a cabo la remodelación del Museu d’Art i Història, algunas de estas obras de enorme valor histórico se han desplazado al Salvador Vilaseca para completar esta exposición de carácter temporal.
El proyecto confirma esa labor de vínculo y apuesta patrimonial, además de un atractivo indiscutible para mirar al futuro con la misma convicción y apuesta por la cultural popular. Gran Reserva estará disponible para el público hasta el próximo 1 de febrero de 2025.
«Queremos mostrar parte de lo que había en el Museo d’Art i Història y se ha montado desde una perspectiva original y diferente para ofrecer visibilidad al importante fondo que tenemos en la ciudad», ha confirmado el concejal de Cultural del Ayuntamiento, Daniel Recasens.
El valor artístico e histórico de la ciudad queda representado en esta exposición de coleccionista profundo.
Algunas de las piezas que conserva el Museu de Reus, como los vestidos de los diablos, las grallas largas y otros instrumentos musicales servirán para mostrar cómo estas fiestas son la manifestación de abundante herencia cultural de la ciudad.
A través de un viaje visual, el público descubre cómo estas festividades no sólo reflejan la rica tradición y el carácter profundamente arraigado de la ciudad, sino que también ofrecen una ventana única a la relación intangible entre la celebración y la identidad local que lo ha hecho Fiesta Patrimonial de Interés Nacional por la Generalitat de Catalunya.
Esta exposición, en el Centre de la Imatge Mas Iglesias, pone de relieve no sólo el esplendor de este evento, sino también la importancia de las fotografías como fuentes artísticas y documentales.