Entre versos dorados y cantares de ayer

El Teatre Fortuny acoge una oda a la lírica española y a la gesta del vivir con Emilio Gutiérrez Caba

01 diciembre 2024 11:06 | Actualizado a 01 diciembre 2024 11:07
Se lee en minutos
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Con un teatro casi lleno, y un público entregado, Emilio Gutiérrez Caba acompañado del barítono Luis Santana y el pianista José María Berdejo eclipso los sentidos a través del más valioso legado literario del país.

Y es que debo corregir mis prejuicios, pues no se trataba de un recital. Los versos no eran recitados, sino interpretados con una pasión sobrecogedora, una alegría íntima y, sobre todo, una expresividad feroz.

Los bellos poemas eran compaginados con elegantes fragmentos de piezas musicales de autores de los siglos XVII y XVIII recuperadas de la biblioteca nacional que, interpretados con la descomunal potencia vocal de Santana y la maestría de José María Berdejo, formaban una aura pasional casi bucólica.

Sorprendentemente, considero que lograron conjuntar una gesta impresionante, pues aunque en el escenario se entremezclaban tres aptitudes artísticas, realizadas por tres personas diferentes, en ningún momento llegaron a eclipsarse entre ellos; en una comunión exquisita ninguno destaca por sobre el otro, y tal fusión exalta la melancolía del ser.

«Ahí vemos que el arte no es, o no debería ser, un lujo porque es la sustancia de la humanidad»

Las voces de los clásicos castellanos como Góngora, Quevedo, San Juan de la cruz o Santa Teresa de Jesús, en poema o monólogo teatral, volvieron a retumbar por un precio francamente asequible, devolviendo está muy necesaria democratización del arte al teatro.

Y así es como me di cuenta de nuevo, entre desamores, cantares de pedos y el querer, que siglos después mantenemos las mismas preocupaciones, gracias y miedos, quizá innatos en nuestro devenir y me acerqué a esos conocidos que tanto me hicieron odiar las largas horas de estudio de lengua castellana desde una perspectiva muy diferente.

Parece que la gente no suele fijarse en el género literario de la poesia hasta que la necesita. Un fallecimiento cercano, la perdida de un amar, o el inicio de un querer, una vivencia estremecedora. De repente te nace esta necesidad y desesperación para darle sentido a una nueva vida desconocida. Es ahí donde te reconforta saber que no estás solo, que más gente se ha sentido igual incluso siglos atrás, y han sido capaces de darle palabras a tal extremidad sentimental.

Ahí vemos que el arte, no es, o no debería ser un lujo, porque es la sustancia más sincerade la humanidad, no tan solo en su formato vocal, que puede parecer el más sencillo de comprender, qué remitentes son las desdibujadas manos rupestres del contemporaneo esbozo de su nieto que la abuela cuelga en la nevera.

Emilio Gutiérrez Caba, Luis Santana y José María Berdejo, protagonistas naturales, abandonaron al cómplice público con el mítico ‘Caminante no hay camino’ de Antonio Machado, excepción cronológica por su próxima celebración, dejando a un público aturdido por palabras que parecían materializarse y notas que renacían con voces del olvido.

Comentarios
Multimedia Diari