Ana Punset reseña ‘Baumgartner’, de Paul Auster

22 abril 2024 21:32 | Actualizado a 23 abril 2024 07:00
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Sy Baumgartner es un profesor de filosofía de Princeton con varios libros publicados a punto de jubilarse. Hace nueve años perdió a su mujer en un trágico accidente en el mar y recuerda cada detalle de su vida juntos con amor y nostalgia, pero también la transformación que para él supuso la pérdida. Tras aquello, Sy pasó un tiempo en el limbo, hasta que un sueño le devolvió al presente y las ganas de seguir adelante: “No importa que su paso sea más lento que en el pasado, da igual que de vez en cuando lo empapen chaparrones, lo zarandeen los vientos fuertes y cortantes que soplan del este, está en posición vertical y tiene capacidad para moverse”.

$!BaumgartnerAutora: Paul AusterEditorial: AnagramaPrecio: 20,90€

Paul Auster ofrece en su nueva novela un relato tierno y optimista. Bajo el filtro de esa mirada profunda del que ha vivido muchas cosas, Sy recuerda las diferentes personas que formaron parte de su vida, unas más queridas que otras: su padre, su madre, su hermana... Habla incluso de antepasados a los que no conoció, como es el caso de sus abuelos maternos y paternos, sin cuya trayectoria, insiste, él no habría llegado a este mundo. Porque al final eso es lo que cuenta, que él sigue en este mundo, y todavía tiene mucho que hacer en él. Seguir escribiendo libros, publicar más trabajos de Anna, arreglar la casa... Sin parar de moverse.

Mediante una narrativa llena de frases yuxtapuestas que convierten el texto en un relato pormenorizado en tercera persona, que mezcla fragmentos de las obras tanto de Sy como de su mujer Anna, con los recuerdos y el presente del protagonista, el narrador lo observa y lo acompaña siempre. El resultado es un estil ágil y carismático, que transmite la sensación de urgencia, y es que Sy nunca está quieto. Ni siquiera hay guiones en los diálogos, todo se encadena en un ritmo decidido. Sin perder el humor, el lector ve cómo Sy pide matrimonio a Judith y esta le rechaza; cómo viaja a Ucrania en busca de sus antepasados y se encuentra con una leyenda que desmentir; también el accidente en coche que le sorprende, pero por el que no se deja amedrentar, pues la aventura continúa aunque el lector no lo vea. Sy sí quiere seguir, a pesar de que ni su figura ni su cabeza son los que eran. Él lucha contra la debacle recordando, relatando y moviéndose, y eso es lo que pervive.

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