Este tópico futbolero describe al John F. Kennedy de El diario secreto (Editorial Vegueta), que recoge en 30 de sus 229 páginas la transcripción del cuaderno en que el futuro presidente anotó su viaje por Francia, Italia, Austria, Alemania, Holanda, Bélgica y el Reino Unido entre julio y septiembre de 1937. JFK tiene 20 años y estudia Derecho en Harvard.
Viaja acompañado por su compañero de clase Kirk LeMoyne Billings, Lem, cuyo diario de viaje, más extenso y detallado, se incluye también aquí. La combinación es excelente. Lem —vagamente protestante, gay, artista, descarado— es el reverso de JFK —católico cumplidor, conquistador, político, cortés— y sus notas, más incisivas, sueltas y descriptivas, arrojan luz sobre las de JFK, comedidas y rutinarias.
El diario secreto de John F. Kennedy
Autores: John F. Kennedy y Lem Billings
Editorial: Vegueta editorial, 2024
Los mejores comentarios parecen tener origen en observaciones de Lem a las que Kennedy sabe sacar más punta. La observación del primero sobre una matrona francesa (“parecía que no había comido nada aparte de ajo desde la guerra”) es más afilada en Kennedy, que generaliza: “el toque distintivo de los franceses es su aliento a col y el hecho de que no hay bañeras”.
JFK apunta maneras de político, aunque su bagaje cultural de entonces, muy amateur, le oculta lo que sucede ante sus propios ojos: el auge del fascismo y del nazismo, la escalada bélica, el conflicto social. Kennedy es hijo de un millonario, un príncipe de Boston que nunca se preocupó de limpiarse los zapatos o hacerse la cama, y sus pensamientos son superficiales y vagos. Por ejemplo: “He llegado a la conclusión de que el fascismo es lo adecuado para Alemania e Italia, el comunismo para Rusia y la democracia para Estados Unidos e Inglaterra”.
El Diario incluye numerosas fotos del viaje. El prólogo, de Santiago Muñoz Machado, traza un perfil político de JFK excelente y sintético. El epílogo del editor, Oliver Lubrich, pone la obra en el contexto de otras similares y las compara. Una joyita bibliográfica que gustará a los muy cafeteros de la política y a los amantes del detalle de vidas ajenas y famosas.