El imprescindible Emilio Gutiérrez Caba subirá este viernes a las 20.30 al escenario del Teatre Fortuny de Reus para interpretar su rendición a la lírica española de la edad de oro. La vida es sueño es el cuarto proyecto del actor junto al barítono Luis Santana, que le acompañará en esta representación única en la ciudad.
Con su extensa trayectoria, como ha vivido los cambios en el sector escénico hasta la digitalización.
Es una prolongación de lo que venía pasando desde las televisiones generalistas como la televisión de pago, yo creo que la gran revolución entre comillas o el gran cambio, empieza sobre todo a partir de la incorporación de la inteligencia artificial y especialmente de esta epidemia que marca la covid. La covid del siglo XXI generaliza muy claramente esta irrupción de la tecnología en nuestra vida y en todo, incluyendo la cultura y el espectáculo.
Y esta digitalización, ¿tendrá un impacto negativo en el sector?
Los inventos de los humanos siempre han tenido una cara y una cruz. Yo creo que la inteligencia artificial resalta muy bien estas dos caras; se puede utilizar muy bien en algunos casos y puede llegar a convertirse en una herramienta imprescindible para según qué aspectos y trabajos, y su negativa es que también se va a utilizar para defraudar y matar la originalidad de manera maligna. Posiblemente, pero, el ser humano sea ese hacedor de la doble cara.
¿Siente que el público más joven se aleja de las esferas escénicas para unos formatos digitalizados?
Está ciertamente lejano. En la época franquista había un problema que era la censura que impedía a la juventud acercarse al teatro si no tenía más de 18 años, y en la época actual esa “herencia” tan graciosa que nos dejó el franquismo, pues pervivió en sus padres, y traspasó a los hijos. No tienen afición por el teatro.
¿Y pórque es eso?
El otro día yo mismo dije que los influencers y toda esta tecnología digital y comunicación por redes, desde mi punto de vista, está siendo muy perjudicial porque ha sacado esta cara mala que comentábamos del ser humano.
Lo que era un instrumento de comunicación es ahora un instrumento de falsificación y de deshonestidad con gurús de todo, incluyendo la opinión.
¿Y cómo devolvería usted el foco a los escenarios?
Para que la juventud vuelva sus ojos al teatro, solo será posible cuando se cansen de ver imágenes tan rápidas y se planteen que la vida a lo mejor se debe tomar con otro ritmo, y así las generaciones futuras puedan dirigirse al teatro en vivo.
Desde las agrupaciones de actores y sindicatos teatrales creemos que será la inteligencia artificial que hará que en un futuro la gente regrese al teatro para ver a seres humanos, vivos, creando un espacio donde mantengamos este acercamiento vital.
¿Cómo percibe la realidad del sector cultural, y sobre todo el de los escenarios actualmente?
La realidad es un poco desordenada, como la realidad que estamos viviendo, un poco convulsa y llena de interrogantes. El teatro no tiene una línea clara de conducta en este momento. En realidad no la ha tenido nunca, pero hoy en día con la cantidad de ‘distracciones’ que hay para el ser humano, la atención al teatro es bastante baja. El periodo de concentración sentado viendo un espectáculo o película sin moverse se ha perdido. La gente tiene 4 o 6 segundos de atención a lo que están viendo. La rapidez con la que se pueden cambiar de imágenes en un teléfono o televisor convencional obligan a la adaptación a esa velocidad de imágenes y, por lo tanto, el teatro es sosiego y meditación.
Hábleme sobre la obra, como nace ‘La vida es sueño’.
El título genérico es La vida es sueño, pero no es la vida es sueño de Calderón de la Barca, empiezo con el clásico monólogo de la vida es sueño, y luego hay otra serie de poetas del siglo de oro de la literatura española; está Quevedo, Boscán, Lope de Vega... Digamos que el título es “la vida es sueño”, pero tendría que llevar puntos suspensivos al final. Intercaladas van canciones que interpreta el impresionante Barítono Luis Santana, que evidentemente tienen relación con la época y los poemas mismos.
¿Y cómo escogen qué lírica resaltar?
Este proyecto lo plantea y compone fundamentalmente Luis Santana con un amigo suyo literato de Zamora, que es quien hace en su mayoría espectáculos basados en su repertorio de canciones acompañado por un piano. Nosotros tenemos otros recitales con poetas más contemporáneos, y de repente le sale este recital con fragmentos barrocos donde se puede escuchar a Góngora y otros de los mejores poetas de la lengua castellana en su más brillantísima etapa.
Ahí hay una materia prima poco explotada, y que merece seguir siendo explotada.