La chica del violín transparente ha vuelto a conquistar nuevos horizontes, en esta ocasión a través de la gran pantalla. Astrid Torrente (Reus, 1986) se encomendó a un reto televisivo no hace mucho, cuando los expertos en producción del nuevo talent show de TV3, La Gran Vetllada, contactaron con ella para que se animara y se presentara al casting. «Me sorprendió en un principio, pero luego vi que tenía opciones de ser elegida».
Una entrevista online y la supervisión de varios vídeos de su espectáculo modernizado a través del violín bastaron para convencer al programa que presenta Carol Rovira, con vigencia desde hace pocos días, aunque con cierta relevancia. Carol Rovira, la coach de interpretación del talent musical Eufòria y protagonista del fenómeno #Luimelia, se ha colocado al frente de esta nueva propuesta.
La Gran Vetllada se trata de una creación familiar en la que tres artistas anónimos compiten por preparar una velada redonda en su casa. El ganador se apunta 3.000 euros en metálico. La noche consiste en diseñar un delicioso menú y poco después exponer una actuación que convenza relacionada con el registro del arte que cada concursante desempeña.
Cada aspirante dispone de la opción de contar con un acompañante y Torrente se arropó en el saxofonista cubano, residente en Salou, Bruno Lombardi. Los dos elaboraron un fricandó cubanocatalà para deleitar el paladar de los invitados, los otros dos protagonistas del programa; Alex Marteen, cantante y drag queen, y el mago Didak.
Lo que pocos conocen es que el hogar que la reusense escogió para la velada en Reus no tiene nada que ver con su casa, la violinista frecuenta un piso pequeño en la capital del Baix Camp, por lo que prefirió adaptar otro lugar para llevar a cabo su actuación. En todo caso, lo que valora el programa, por encima de todo y con respecto al escenario, se relaciona con la decoración.
La comida solo se convirtió en una parte de la noche, del resto se encargó su extraordinario talento con el violín transparente. Capaz de interpretar a David Guetta, David Bisbal y Calvin Harris. También a Vivaldi o Bethoven, autores más clásicos.
Precisamente la evolución de la vida musical de Torrente compuso el repertorio durante su intervención artística en el programa. De lo más tradicional a lo más moderno, una elección que encandiló al resto de concursantes. Bruno Lombardi aportó su toque de calidad con el saxo.
Vida profesional
La aparición de la reusense en La Gran Vetllada no es la única que ha realizado en la televisión. Ya participó, esta vez como invitada, en un programa de First Dates, el reality que dirige Carlos Sobera. De hecho, su trayecto profesional se centra actualmente en el violín. Antes lo había compaginado con su vocación como profesora, aunque hoy disfruta de una clientela abundante que pide sus espectáculos optimistas para fiestas, bodas y otros festejos y eventos. «Hasta diciembre ya tengo la agenda completa. Ahora mismo hay un volumen de trabajo muy grande», reconoce.
Su paso por la gran pantalla le ha provocado, además, una mayor popularidad, hasta el punto que «el mismo día del programa me salieron nuevos trabajos. Me contactaron por las redes sociales», añade.
Admiradora de la también violinista Vanessa May, la reusense ha visto cómo su sueño se ha hecho realidad; poder vivir de la música. «Las experiencias que acumulo me llenan mucho y este paso por la tele pues lo considero muy positivo para mi carrera», refleja. Ella y su violín transparente transmiten felicidad.