Eduard Xatruch: «La cocina exige vocación y dedicación; no hay atajos»

El vilasecano es jurado de los Premios Gastronómicos Josep Lladonosa, cuya final es hoy domingo en Les Borges Blanques

07 mayo 2023 10:01 | Actualizado a 07 mayo 2023 10:07
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Natural de Vila-seca y exalumno de la Escuela de Hostelería de Cambrils, Eduard Xatruch integra junto a Oriol Castro –también vinculado a Tarragona por motivos familiares– y Mateu Casañas el equipo al que se considera heredero de Ferrán Adrià y elBulli. Recientemente participó como jurado en el Auditori Josep Carreras en la selección de los finalistas que hoy compiten en Les Borges Blanques (Lleida) por convertirse en el mejor estudiante de cocina de Catalunya. Dos alumnos de Tarragona, David Ciurana y Víctor Royo, participarán en un showcooking en directo, –al estilo ‘masterchef’–, junto a otros cinco aspirantes a los III Premios Gastronómicos Josep Lladonosa.

¿Cómo vivió la experiencia como jurado en Vila-seca?

Es fantástico tener una excusa para estar en casa. Me hizo mucha ilusión y he participado encantado para apoyar este tipo de iniciativas vinculadas a la promoción del talento y la gastronomía. No podía decir que no.

¿Conocía estos galardones?

La verdad es que no tenía conocimiento, pero me parece una idea estupenda. Es bueno que los jóvenes que se quieren dedicar a la cocina se vayan planteando pequeños retos, se vayan enfrentado a la presión, y se vayan iniciando en el conocimiento de productos básicos, como en este caso el aceite de oliva.

¿Qué valor concede al legado de Josep Lladonosa?

Yo diría que es el restaurador, con mayúsculas, casi más que cocinero. Con una relevancia enorme dentro de la gastronomía catalana. Siento un respeto inmenso por una persona con tantos años de oficio, con un nivel de implicación increíble y con muchos éxitos en el ‘7 portes’, su restaurante. Su contribución a lo que es hoy la gastronomía en Cataluña es enorme.

¿Cómo ha visto el nivel de los aspirantes?

Sólo he podido acudir a la semifinal de Vila-seca, pero veo el premio muy abierto. La primera impresión es que se mezclan alumnos de edades diferentes y con conocimientos muy diferentes. Algunos tienen ya una excelente preparación y muy buena técnica, que es fundamental adquirir desde la base.

¿Los jóvenes vienen pisando fuerte?

Podríamos decir que una cosa es la cantidad y otra es la calidad. Es indudable que hay más recursos que nunca para formarse, y el nivel es mucho mejor. La persona que de verdad quiere cocinar profesionalmente llega más formada y más completa.

¿Y la actitud? El sector se queja por falta de profesionales...

Eso es otra cuestión. Creo que no sucede sólo en nuestras cocinas, sino en la sociedad en general. La buena gastronomía exige mucha vocación y dedicación. No hay otro camino ni atajos, aunque nunca se sabe con esta revolución de la inteligencia artificial.

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