Escritora y periodista formada en Comunicación Audiovisual, Ana Punset hace realidad los sueños de los más pequeños. Bestseller de literatura infantil y juvenil, es un referente, especialmente para las niñas. La salouense ha creado un mundo femenino a partir de diferentes colecciones literarias en las que ellas son las verdaderas heroínas. Entre sus series para jóvenes es autora de El Club de las Zapatillas Rojas, Best Friends Forever o New York Academy. Mientras, los más pequeños disfrutan de los mundos de Makia Vela y Unicornia. Justamente, el día 23 de noviembre llegó a las librerías la séptima aventura de Unicornia, Un palacio de hielo, publicada por Montena. Punset es colaboradora habitual del suplemento cultural Encuentros* y sobrina del conocido divulgador científico, Eduard Punset.
Antes del #MeToo y del último empuje del feminismo, usted ya creó un universo reivindicativo dedicado a las jóvenes.
Sí, desde que empecé con la literatura juvenil, hace ya diez años, me centré mucho en crear personajes femeninos, en temas esenciales de la mujer, en sus intereses y, aunque las historias llaman más la atención de las niñas, para mí es genial que a los niños también les gusten.
Dota a sus personajes de los valores que cualquier madre quiere para sus hijas.
Los lectores a los que me dirijo se están formando. Por ejemplo, los de El Club de las Zapatillas Rojas están entre los 9 y los 13 años, que es la preadolescencia, momento de experimentar numerosos cambios. Entonces, a través de las novelas intento transmitir unos valores que les puedan ser útiles para entender todos esos cambios y que se puedan sentir identificados. Igualmente, aunque la serie Unicornia va destinada a más chiquitines, también habla de amistad, sinceridad, confianza o humildad.
Aventuras con magia. ¿Qué es para usted en el día a día?
Tiene que haber un poco de magia en todas partes y en todas las etapas de la vida. Hacer magia es hacer especial el día a día, las rutinas y las prisas. También es magia creer en las posibilidades de absolutamente todo, creer que puedes hacer cualquier cosa. Y el universo Unicornia es eso, en él todo es posible, cualquier cosa que te imagines puede pasar.
‘Todo es posible’, un mensaje clave para las niñas.
Tienen que tener claro que serán lo que ellas decidan. Por ejemplo, si una niña quiere ser astronauta lo puede ser. Al final, los sueños se hacen realidad, no hay límites. Puedes hacer de tu vida lo que quieras, con trabajo y con un buen acompañamiento. Las posibilidades están.
Cuando se le acercan las niñas y le piden un autógrafo, ¿qué sensaciones le mueven?
Todavía no me creo la suerte que tengo de vivir esos momentos porque la motivación de los que escribimos literatura infantil y juvenil es llegar al lector en edades en que están decidiendo lo que les gusta. Que te elijan a ti de entre todos los libros que se publican y que las mamás te digan que con tus libros han conseguido que lean, es una maravilla. Es una frase maravillosa. Es un sueño hecho realidad, un regalo.
Fantasía, magia, valores y también creatividad. ¿Qué importancia tiene para usted el arte?
Siempre me ha interesado y quería hacer una colección relacionada con el mundo del arte en los distintos sectores. El resultado es New York Academy, donde hay una poeta, una bailarina, un guionista y un ilustrador. El arte nos aporta una visión del mundo alternativa, te da la posibilidad de plantearte otras cosas y libertad de pensamiento. Y como madre también procuro transmitir esa creatividad.
Usted se formó en audiovisual. ¿Qué papel juegan las ilustraciones para ‘atrapar’ a las nuevas generaciones?
Son fundamentales y lo primero que llega. Yo he tenido mucha suerte porque todas las ilustradoras con las que he trabajado han conseguido plasmar perfectamente lo que quería transmitir. En el caso de Unicornia hay muchísima ilustración, es casi como un álbum ilustrado largo, que ayudan a las niñas a entrar en ese mundo, diferente al que están acostumbradas. Es una transición bonita.
«Mi abuela es mi superheroína. Fue la que me llevó al mundo de los cuentos, de las canciones y poemas»
¿Qué le debe la literatura infantil y juvenil (LIJ) a autores como Gianni Rodari o Roald Dahl?
Son grandes referentes porque crearon historias que se siguen leyendo y que se han adaptado al audiovisual. En el colegio de mis hijos, por ejemplo, se lee muchísimo a Roald Dahl y a mí me encanta porque era un escritor que defendía a los niños ante los adultos. Era travieso, irónico, tenía una literatura muy divertida. Leyéndolo, el niño resulta ganador.
Sus personajes también son ganadoras, son las superheroínas. ¿Tiene usted alguna?
Elegiré a mi abuela. Para mí era como una segunda madre. Crecí con ella, se pasó toda la vida hablándome de cómo vivieron la Guerra Civil. Fue una generación que sufrió muchísimo. Ella era una mujer muy fuerte y alegre. Fue la que me llevó al mundo de los cuentos, me contaba cuentos todas las noches y también se los inventaba, me narraba canciones y poemas. Tenía una memoria impresionante.
¿Están disminuyendo los prejuicios contra la literatura infantil y juvenil?
Sí porque se está demostrando su valor. No es algo fácil. Es decir, escribir es ponerte en la piel del lector y llegar hasta él, a su alma. Y que escribas adulto no significa que sepas escribir juvenil. De hecho, cuando empecé a escribir juvenil venía de la novela histórica, que no tenía nada que ver, pero le cogí el gancho. Siempre he sido fantasiosa, con la parte niña todavía despierta y me encanta este tipo de literatura. Hay que valorarla porque anima a los pequeños lectores a que cuando sean adultos, lean.
También reseña novelas de adultos. ¿Qué debe tener un buen libro?
Tiene que estar bien escrito, con un buen desarrollo de los personajes, que deben tener dimensiones. Personajes y narración es lo que define a un autor.
¿Todavía tiene relación con Salou?
Crecí allí y tengo muchos amigos. Mi madre sigue viviendo en Salou, por lo que voy todas las semanas. No quiero perder el contacto con la ciudad. Es parte importante de mi vida.