A dos ruedas. Alíate con tu bici y descubre los senderos más hermosos de nuestra tierra

La Costa Daurada y las Terres de l’Ebre cuentan con centenares de kilómetros adaptados para practicar cicloturismo

21 marzo 2024 10:59 | Actualizado a 21 marzo 2024 13:05
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Hay un dicho que reza que en la vida, lo que retenemos en nuestra conciencia –física o mental–, es como montar en bici: nunca se olvida. Pues hoy engrasaremos la cadena y los piñones y recorreremos, sobre dos ruedas, las carreteras y los caminos de la Costa Daurada y las Terres de l’Ebre.

Antes de empezar a rodar, aclaremos algo: aquí daremos opciones para todos los gustos, desde rutas para ciclistas experimentados hasta otras adaptadas para las familias. Por suerte, la diversidad paisajística de nuestro territorio permite satisfacer los gustos de todos.

Ahora sí, ¡arrancamos! Y lo hacemos con una uta circular junto al mar, en Cambrils. Desde allí, llegaremos hasta Tarragona pasando por varios municipios del Baix Camp y regresando al punto de inicio bordeando la costa. Son 63 km, pero sencillos y desde luego, muy pero que muy versátiles. Ahora bien, si buscamos más caña, podemos incluso pedalear 240 km por todo el Parc Natural del Montsant y el Priorat. No os asustéis, la ruta puede hacerse por etapas, lo mismo que si se opta por recorrer la ruta del Císter, de 108 km y 2.300 metros de desnivel.

Y ya por último, proponemos arrancar una ruta desde Salou hasta la puerta de entrada al Delta de l’Ebre. Antes de llegar a este paraje natural se pasa por rincones de un encanto tal como Miami Platja o L’Hospitalet de l’Infant.

Ahora sí, entramos de lleno a las Terres de l’Ebre. Esta maravilla hay que sentirla y vivirla respirando su aire y qué mejor manera de hacerlo que encima de una bicicleta. El entorno ebrense cuenta con una red de más de mil kilómetros de caminos y carreteras llanos perfectos para recorrerlos en familia.

El primero de ellos, el Camino de Sirga, una ruta de ni más ni menos que de 175 km que acompañan al río Ebro hasta su desembocadura.

Otra opción, permítanme, obligada, es recorrer la Via Verda, un trazado sobre la antigua ruta férrea del Valle de Zafán que unía Aragón con el Mar Mediterráneo, en funcionamiento durante 31 años hasta que se cerró en 1973.

También, si se busca tranquilidad, desde luego que el paseo entre arrozales y observando la gran variedad de aves que se posan en las lagunas, no puede faltar en la agenda. Para ello, los 24 km de ruta desde L’Aldea hasta la Bassa de les Olles, es ideal.

Finalmente, las Terres de l’Ebre no se olvidan de los más intrépidos. Para ellos, la ruta extrema de Terra Alta que recorre las villas más antiguas a través de los senderos más técnicos, es una opción ideal. Eso sí, ¡que la fuerza os acompañe!

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