Vila-seca colapsada ante la arrancada del Cós de Sant Antoni

Más de 10.000 personas se han reunido en el circuito hípico de la Torre d’en Dolça para ver tres carreras de caballos, donde han participado 16 jinetes y los premios de las tres galopadas sumaban 30.000 euros

21 enero 2024 20:33 | Actualizado a 22 enero 2024 07:00
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Se respiraba en el ambiente que la mañana de domingo era especial, pero también se visualizaba con una entrada a Vila-seca colapsada. Todos los coches y la gente a pie se dirigía al mismo lugar, el circuito hípico de la Torre d’en Dolça.

El Tradicional Cós de Sant Antoni volvió a convertirse en el acto central de la fiesta mayor de invierno, reuniendo más de 10.000 personas en todo el espacio para disfrutar de tres carreras de caballos de pura sangre ingleses.

Esta carrera tiene una larga tradición en el municipio, pero cabe recordar que a finales del 2010, el Govern de la Generalitat de Catalunya declaró el Cós de Sant Antoni de Vila-seca como elemento festivo patrimonial de interés nacional, reconocimiento que permite que este acto, celebrado en Vila-seca desde finales del siglo XIX, quede inscrito en el catálogo del patrimonio festivo de Catalunya.

Miles de personas ya se encontraban en el recinto media hora antes de que empezase el espectáculo. Algunos más precavidos para asegurarse un buen sitio y otros más relajados, sentados en la zona del bar y paraditas de comida.

El silencio se rompió –teniendo en cuenta el ruido que pueden hacer más de 10.000 personas juntas en un mismo espacio- cuando anunciaron por megafonía que los primeros jinetes y caballos podían ocupar el sitio de salida.

En ese momento, todo el mundo se desplazó hacia los alrededores del circuito para presenciar el esperado momento.

El público era muy variado, pequeños y jóvenes, familias y parejas, e incluso algún que otro perro que quería correr a la velocidad de los caballos.

En total, durante más de una hora se vivió la tensión y adrenalina de tres carreras, con la participación de 16 caballos. Cada carrera tenía un premio monetario para el ganador -también para los que apostaron- dependiendo de las características de cada una. En la primera, el jinete campeón se llevaba 7.900 euros, en la segunda 12.800 y en la tercera 9.300.

La primera, bajo el nombre Parc de la Torre d’en Dolça, era de dos vueltas. La igualdad en los cinco jinetes participantes se respiró en todo el recorrido, de hecho, se tuvo que recurrir a la foto finish para determinar el tercer clasificado. Por primera vez en más de 20 años, hubo un empate y tuvieron que compartir el trofeo entre los dos. Pero el claro campeón de la serie fue Pulido y en segundo puesto quedó Ferreiras.

La segunda carrera, llamada Gran Premi Ajuntament de Vila-seca, era la más importante de todas, esto se debía al recorrido (3 vueltas), la técnica y la estrategia de los corredores. En esta, participó la única mujer de la jornada, la cual compitió contra cinco otros jinetes.

Lara Martínez lideró durante casi toda la carrera, pero quedó segunda en una carrera muy ajustada entre ella y Ferreira, que terminó recogiendo la copa que lo acreditaba como campeón, después de quedar segundo en la primera carrera.

Martínez era la primera vez que participaba en el Cós de Sant Antoni y declaró que ha sentido el apoyo de la gente en todo momento y que las condiciones de la pista eran perfectas para correr.

En la tercera y última carrera de la edición, con el nombre Premi Patronat Municipal de Turisme de Vila-seca, también hubo lugar para la tensión. En este caso, volvió a contar con la participación de cinco jinetes, donde el campeón se decidió tras revisar la foto finish.

El jurado estuvo largos minutos revisando las imágenes y aunque ambos se veían como campeones, pero finalmente el primer premio cayó en las manos de Borrego.

La entrega de trofeos de la última galopada fue el símbolo del fin de fiesta, pero fueron muchos los que tardaron en abandonar el recinto y decidieron quedarse unos minutos más, en la zona del bar y otras paraditas.

El alcalde del municipio, Pere Segura, explicó que en esta edición ha visto «mucha más afluencia de gente». Uno de los motivos pueden ser las condiciones meteorológicas favorables «que han permitido que mucha gente salga de casa y venga hasta el circuito y, la gran mayoría, lo ha hecho a pie».

Segura también ha aprovechado para hacer balance de la fiesta mayor de invierno, asegurando que han sido «las fiestas con más afluencias que he visto». Parte del éxito pasa por la cantidad de actividades de la programación. «Somos una ciudad joven, con gente recién llegada, que poco a poco se hacen suya la fiesta».

Por la tarde continuaron los actos de fiesta mayor, con una Cercavila con los elementos festivos y bailes del municipio.

El Seguici empezó a las 18.00 horas, aunque la concentración empezó media hora antes, en el jardín del Castell de Vila-seca y se desplazaron por varias calles, como la calle del Comte de Sicart, la plaza de les Voltes, la calle Major y terminó en la plaza de l’Església.

Cambrils también vivió su propio Tres Tombs. Contó con un centenar de caballos. Posteriormente, se hizo la bendición de los animales, un acto que cada año está cogiendo más relevancia. El sábado el Ayuntamiento de Cambrils ya organizó otros actos relacionados con Sant Antoni.

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