La conductora de una motocicleta que iba ebria e intentó esquivar un control policial en Cambrils, posteriormente hizo lo posible para soplar mal en la prueba de alcoholemia.
Ahora, la Sección Segunda de la Audiencia de Tarragona ha confirmado la pena impuesta por el Juzgado de lo Penal 2 de Reus, que era de medio año de prisión y retirada del carnet durante un año por un delito de negativa a someterse a las pruebas y de multa de 1.080 euros y retirada de otro año del carnet por un delito de conducción bajo la influencia del alcohol.
Sobre la 1.05 horas del 10 de junio del año pasado, la Policía Local de Cambrils estaba realizando un control de documentación en la rotonda existente entre la calle Molí d’Avall y el vial del Cavet.
La acusada, que circulaba al volante de una motocicleta SYM Cruisym 125, fue parada por la patrulla al observar que la conductora realizaba una maniobra de giro prohibido y cambiaba de sentido al darse cuenta de la presencia policial.
Una vez parada, los agentes le requirieron para la práctica de la prueba del alcoholemia. En un primer momento, con el aparato de muestreo, obtuvo un resultado de 0,64 mg/l, más del doble del límite permitido. Se sometió a la prueba de precisión y obtuvo 0,70.
Pero se negó a realizar correctamente la segunda, soplando incorrectamente de manera voluntaria y efectuando diversos intentos fallidos. La encausada presentaba psicomotricidad vacilante, falta de apreciación de las distancias, imprecisión de coordinación de movimientos, teniendo que ser ayudada por los agentes para evitar caer de la motocicleta. También presentaba dificultades para introducir la boquilla en el etilómetro.
En el recurso de apelación, la acusada apuntaba que no hubo negativa porque realizó cinco pruebas, resultando tres de ellas fallidas al no poder realizarlas. También niega signos externos suficientes de circular bajo la influencia de bebidas alcohólicas.