Ayer, Torredembarra sonó a salsa, bachata y reggaeton, olió a café y canela y supo a arepas y sándwich de chancho. Una mezcla de la gastronomía y la cultura de diferentes países de Latinoamérica llenó la carpa de Cal Bofill, que acogió a cientos de personas, para disfrutar de una jornada donde se celebró la diversidad, la unión y el orgullo de una tierra muy presente en la localidad.
Durante todo el día, tuvo lugar la tercera edición de la Fiesta de Integración Latina, organizada por la Asociación Iberoamericana La Torre con la colaboración del Ayuntamiento de Torredembarra, un acto que tiene el objetivo de compartir la riqueza de las diferentes comunidades hispanas y fortalecer los lazos de fraternidad, demostrando la integración de la población latina que reside en la zona.
«Queremos sacar los colores de nuestra tierra, demostrar que la convivencia es posible y que las generaciones que han nacido aquí no pierdan sus raíces y estén orgullosas de sus orígenes», explicó Alexander Arango, presidente de la asociación.
Pese a que el evento comenzó un poco más tarde de lo previsto por la lluvia, la decena de stands participantes estaban preparados para ofrecer al público diferentes productos de la tierra. Un puesto de artesanía colombiana ofrecía joyas hechas por huicholes, un grupo indígena que habita en México. Había expuesto un jeep de doble tracción traído desde Colombia, convertido en una cafetera rodante, que se utilizaba para transportar el café por las montañas. Diversos puestos ofrecían comida típica de Ecuador, Colombia y Perú cocinadas al momento, como lechona, buñuelos o panes. La bebida no podía faltar, así que Diego y María se encargaron de hacer mojitos, arrechones y otras bebidas típicas del pacífico.
Los Xiquets de Torredembarra fueron invitados a la fiesta, como una muestra más de la integración del pueblo latino en la cultura del lugar donde viven. Estos hicieron una demostración de diferentes castells, a la vez que explicaban a todos los asistentes las técnicas que realizaban y les invitaban a participar en la construcción. «Somos una colla inclusiva, todo el mundo puede venir», animó a la gente un miembro de los Xiquets.
Desde el primer momento hasta el último, la música marcó el ritmo de la celebración. Siete agrupaciones, venidas de diferentes países, ofrecieron actuaciones musicales y bailes típicos como salsa, bachata, reggaeton, vallenato y cumbia, que pusieron a todos los asistentes en pie para bailar y disfrutar.
La jornada fue un encuentro de culturas y personas. Mayores y pequeños se reunieron en un ambiente de celebración para disfrutar y compartir lo bonito e importante de la diversidad: experiencias y conocimientos.
Tal y como expresó Arango, «Torredembarra es un centro multicultural y tiene una riqueza que se tiene que poner en valor».
