Los equipos de gobierno de Salou y Vila-seca viven sin vivir en sí mientras sigue atentos a las negociaciones del futuro Govern de la Generalitat. La entrada o el apoyo de formaciones como la CUP y En Comú Podem podrían suponer el adiós definitivo al proyecto de Hard Rock. Ambos partidos se han mostrado claros y rotundos durante la campaña electoral: rechazo frontal al macrocomplejo de ocio, hoteles y casino que podría levantarse en el CRT (Centre Recreatiu i Turístic) y aún menos que 120 millones de euros vayan a parar a La Caixa en esta operación.
A ello hay que añadir que amplios sectores de ERC se han mostrado contrarios a esta apuesta como parte del futuro turístico para la zona. Ahora, casi nueve años después de que el proyecto fuera anunciado a bombo y platillo por el Govern del entonces president Mas, todo puede quedar en nada si fructifican las condiciones impuestas como ‘líneas rojas’ por anticapitalistas y comunes.
Solicitud de investigación
De esta manera, unos y otros habrían logrado detener la puesta en marcha de esta iniciativa tras el rechazo parcial de sus acusaciones de fraude en los juzgados. Sin ir más lejos, la CUP solicitaba formalmente en enero a la Oficina Antifrau de Catalunya que investigue todas las operaciones que hacen referencia al proyecto de Hard Rock. La formación acusaba a los departamentos de Economia y Territori –liderados por el vicepresidente Pere Aragonès (ERC) y el conseller Damià Calvet (JuntsxCat)– de insistir en una operación «fraudulenta» que sólo beneficiará a La Caixa.
El complejo lúdico-hotelero, que cuenta de por sí con abundante controversia por las acusaciones de especulación inmobiliaria, tiene planeado disponer de casi 7.600 metros cuadrados destinados al juego, dos hoteles, uno de ellos con forma de guitarra, con una superficie aproximada de 63.000 metros cuadrados, un espacio comercial de unos 15.000 metros cuadrados, otro de restauración de casi 5.900 metros cuadrados y otros 6.000 metros dedicados a ocio y entretenimiento.
El proyecto incluye una colaboración con PortAventura para el desarrollo de un hotel familiar y con Value Retail, la empresa propietaria de La Roca Village (Barcelona) y Las Rozas Village (Madrid), para crear una gran zona comercial.
A ello habría que sumar que su construcción generaría más de 11.500 puestos de trabajo directos e indirectos durante la realización de las obras y el impacto económico en esta zona se había calculado en unos 1.300 millones de euros.
Ayudar a desestacionalizar
Pero todas las aspiraciones pueden irse al traste, según entienden en Salou y Vila-seca. Así, Pere Granados, alcalde salouense, teme que una hipotética entrada de la CUP y En Comú Podem en el Govern pueda desbaratar el complejo de ocio y turismo. «La CUP y los comunes siempre se han pronunciado en contra de Hard Rock y si están dentro del gobierno de la Generalitat existe el riesgo real de que lo paralicen. Parece ser que es una de las condiciones, ‘líneas rojas’, que piden para entrar», señala Granados, quien añade que «es preocupante que se pueda formar un gobierno con la CUP y En Comú Podem, contrarios a la implantación de Hard Rock, un proyecto que ayudará a desestacionalizar la temporada turística, generando un gran número de puestos de trabajo. Se trata de un motor económico que es bueno para Salou, la Costa Daurada y Catalunya».
Para el alcalde de Salou, «el problema» es un gobierno en el que anticapitalistas y comunes pongan sobre la mesa como condición de acuerdo «que no se implante Hard Rock. Entiendo que los gobiernos se forman pensando en el progreso y la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos y no acordando destruir proyectos que generan progreso, riqueza y puestos de trabajo, y más en el contexto actual de crisis económica profunda causada por la Covid-19».
Mientras, Pere Segura, alcalde de Vila-seca, también está expectante pero prefiere mostrarse más cauto: «estamos atentos y a la espera de saber en qué condiciones se cierran los acuerdos o pactos de gobierno para hacer más valoraciones».