Sin arena en la Platja Llarga y la Cala Llenguadets de Salou 

El Ayuntamiento ha obligado a retirar parte de los parasoles, tumbonas y patines del litoral por falta de espacio

12 septiembre 2019 07:10 | Actualizado a 25 septiembre 2019 10:59
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La playa Llarga y la cala Llenguadets de Salou no se recuperan. Tras los temporales del pasado mes de abril ambas playas perdieron gran parte de su arena y aunque la situación mejoró ligeramente durante los meses de verano, ahora, tras las lluvias de estos últimos días han vuelto a empeorar.

La regresión ha obligado a retirar parte de los parasoles y tumbonas del litoral por falta de espacio. El 12 de julio de 2019 el arquitecto municipal jefe de la Secció de Projectes Urbans emitió un informe en el que decía que «debido a los fuertes temporales que han sufrido estas dos playas y que además han estado en una época poco habitual (muy avanzada la primavera), la recuperación de las playas no se ha realizado como era de esperar y a día de hoy existe una fuerte regresión en las dos». Este hecho provocó que la superficie de las playas fuera inferior a la habitual y las instalaciones que había fueran excesivas por el espacio del que se dispone.

Para corregir esta situación, el Ayuntamiento redujo una fila de tumbonas y parasoles en la cala Llenguadets durante este verano. Pasó a haber de 32 a 20 gandulas y de 20 a 12 parasoles. En la playa Llarga, se acordó reducir una fila de gandulas y se redujo el espacio que ocupaban los patines de playa a una cuarta parte. En este caso pasó de haber 80 a 72 gandulas, de 40 a 36 parasoles y de 16 a 4 patines de playa.

La Llei de Costes, establece que «la superficie en cada una de las ocupaciones será la mínima posible y la ocupación total de todas ellas, independientemente del uso al que estén destinadas, no podrá, en ningún caso, exceder del 50 por ciento de la superficie de la playa».

Para adaptarse a la normativa, el Ayuntamiento acordó en la Junta de Govern Local del pasado 22 de agosto solicitar a la Generalitat la modificación de la distribución y ocupación de los servicios de la temporada de playas 2019 en la cala Llenguadets y en la playa Llarga.

A diferencia del año pasado, Marcel Llusà, propietario del chiringuito de cala Llenguadets, sí ha podido montarlo. Con la reposición de arena de principios de mayo, la situación de la playa mejoró, pero aun así, ha tenido que estar pendiente durante todo el verano de si subía la marea. La madrugada de este lunes fue a desmontar parte de las instalaciones con su hijo por las previsiones de lluvia y dejaron solo el «esqueleto» de la terraza. «Otro día que subió la marea se me llevó uno de los tablones de madera de la terraza que valen 500 euros. El mar no perdona», lamenta. Si el tiempo mejora, volverá a instalarlo pero tiene previsto desmontarlo dentro de unos diez días. Años atrás, abría desde Semana Santa hasta el 12 de octubre, pero este año lo montó el 12 de junio y lo retirará en breves.

Ante las previsiones de lluvia de estos días han desmontado parte de algunos chiringuitos

Hace 17 años que Llusà instala el chiringuito en esta cala. Recuerda que en los inicios, cuando la playa tenía más de 100 metros podía tener hasta 50 hamacas, después se lo redujeron a 30 y ahora a 20. Pese a estos contratiempos con los que ha tenido que lidiar, Llusà asegura que la temporada en general «ha sido buena». Ahora el Ayuntamiento está estudiando rebajarle el precio de la concesión, tras las modificaciones que se han visto obligados a llevar a cabo.

¿Cómo solucionarlo?

El Ayuntamiento de Salou encargó un estudio a la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) para determinar el origen de la regresión de las playas.

Según fuentes municipales, el estudio tiene como objetivo «evaluar las afectaciones de la dinámica litoral en las playas de Salou». La UPC tiene previsto, muy próximamente, presentar los resultados a la Ayuntamiento de Salou y a partir de ese momento se estudiarán las acciones a realizar.

El documento analizará los efectos que el cambio climático puede tener en las playas del municipio y los efectos externos que pueden provocar infraestructuras como el Port de Tarragona.

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