La playa de La Pineda estrenará ‘look’ este verano. Los siete nuevos chiringuitos, que el pasado mes de octubre se licitaron, ya tienen designada a la empresa que los explotará por un plazo de 12 años, hasta 2033. Se calcula que a partir de junio ya estarán abiertos. La adjudicación es provisional hasta la entrega de la documentación, pero será definitiva este febrero.
La mesa de contratación para designar a los adjudicatarios de estos chiringuitos se reunió el pasado 18 de enero y escogió las siete mejores propuestas de las 24 solicitudes que entraron en el concurso público de Vila-seca. La gran acogida que ha tenido esta licitación para optar a uno de los nuevos chiringuitos de la playa refuerza la idea en el Ayuntamiento «de que el concurso ha sido bien diseñado».
El alcalde, Pere Segura, admite que «cuando haces un concurso de estas características cabe la posibilidad de que haya poca oferta o incluso quede desierto algún lote. Las 24 empresas que se han presentado refleja que hay interés y que se ha hecho un buen trabajo y estamos muy contentos por ello».
Los siete ‘ganadores’ tienen deberes. Por una parte, deberán entregar una serie de documentación para acreditar los méritos obtenidos en esta adjudicación, además de abonar el dinero de la concesión anual y otro importe que es la garantía y que se devolverá transcurridos los 12 años de concesión. El Ayuntamiento recibirá 325.888 euros anuales de canon de los 7 concesionarios.
Con estos tramites burocráticos no termina el trabajo de estas empresas, que deben financiar la construcción de su chiringuito e instalarlo en la arena para poder explotarlo en la época vacacional, de Semana Santa a octubre. Hay modelos de restaurante y bar. Los primeros se han ubicado en las esquinas para no perjudicar a los negocios parecidos de la avenida Pau Casals.
La inversión de cada uno de los nuevos chiringuitos es alta, ya que los más ‘baratos’ cuestan más de 133.000 euros y los mas caros casi 160.000. El concurso activado en 2021 buscaba reordenar estos negocios, modernizar sus instalaciones y ser competitivos y sostenibles a la vez, además de una imagen de uniformidad estética en el litoral.
La renovación de los chiringuitos es una de las líneas que trazaba el Pla Estratégic de la Activitat Turística de Vila-seca, un documento marco que activó el Patronat de Turisme en 2018. Las otras propuestas van encaminadas a mejorar los usos de la playa de La Pineda.
Así, en 2020 se empezó esta modernización de servicios con el cambio de duchas y lavapiés. Esta renovación de servicios tuvo una segunda fase, que ahora se ha adjudicado. Se trata de mejorar las conexiones de servicios de los chiringuitos privados y de aquellas casetas de titularidad municipal (la que alberga el servicio de socorrismo o la que pueda guardar elementos de actividades deportivas).
Hay una tercera fase que está en proceso de licitación, admite el alcalde. Esta fase habla de una renovación de las torres de vigilancia para los socorristas, las pasarelas para llegar de la arena al agua para las personas con movilidad reducida y otros elementos que mejoren la accesibilidad en la playa.
«Estas mejoras están en proceso de licitación y nos gustaría que se pudieran activar también este verano», añade el alcalde, que confía en que la imagen de la playa esta campaña 2022 será un antes y un después para La Pineda.