«Si nos hubieran dicho que, cinco años después, esto iba a ser un nido de suciedad, quizá no hubiéramos celebrado tanto que dejaran de pasar los trenes». De esta manera condensa Paula el sentir de muchos de los vecinos de Cambrils, Miami Platja y L’Hospitalet de l’Infant, que esperan desde hace años la prometida vía verde que enlace las tres poblaciones. Una obra que sirva para dar un lavado de imagen al espacio que quedó liberado de trenes en 2020.
Latas viejas, cajas de cartón, cristales rotos, grandes ramas caídas y malas hierbas es la estampa que luce en muchos de los tramos urbanos del viejo trazado ferroviario. A finales del año pasado, y tras un año en obras, Adif completaba el desmantelamiento de la antigua vía de tren de la costa, con la retirada de 40.000 metros cúbicos de balasto –las piedras sobre las que se asientan las vías–.
Desde entonces, el espacio se ha convertido en una zona improvisada para pasear o ir en bicicleta, pero también para sacar el perro o hacer ‘botellón’. «Hay gente muy incívica, pero nunca he visto a nadie que pase limpiando. Es el centro de Cambrils, pero parece como si fuera tierra de nadie», lamenta Paula, que vive en la avenida Horta de Santa Maria, muy cerca de donde se erigía la antigua estación de tren.
«Mientras no empiecen las obras, se debería cuidar como cualquier otra zona verde y no dejar que se convierta en un estercolero», coincide Mari Carmen. «Fue una pena que quitaran el tren y es una pena cómo luce todo el espacio donde estaban las vías. Cuesta verlo como una mejora para nadie», critica Josep Ramon, otro vecino de la zona.
Para Fernando, que tiene una segunda residencia en Cambrils, «la desaparición del tren sólo ha supuesto pérdidas. No tenemos tranvía y no tenemos vía verde, solo un gran descampado que divide la ciudad».
En enero de 2020 pasó el último tren por los 28 kilómetros de vías que unían L’Hospitalet de l’Infant con Salou. Un trazado que se convertirá en vía verde desde la antigua estación de Cambrils hasta L’Hospitalet de l’Infant, pasando por Mont-roig del Camp. Un proyecto que desde los ayuntamientos conciben como un «producto turístico estratégico».
Un vial para bicis y peatones
La futura vía verde tendrá cinco metros de ancho, la mitad reservados para la circulación de bicicletas y la otra mitad para peatones. El objetivo es integrar al máximo este vial en el entorno urbano y eliminar el efecto barrera que suponía el tren. Es por ello que se nivelarán todas las rasantes a las calles que la rodean, se eliminarán estructuras de paso innecesarias y se generarán una veintena de nuevos pasos a nivel.
Adif adjudicó estos trabajos a Acsa, Obras e Infraestructuras el pasado mes de febrero por 5,8 millones de euros. Todavía no hay fecha de inicio para las obras, que no será por lo menos hasta otoño, según fuentes consultadas por este rotativo. La transformación de los 19,3 kilómetros se prolongarán durante 14 meses.