El top manta sigue desbordando a los ayuntamientos, especialmente a los de la costa. La venta ambulante ilegal de productos falsificados por parte de personas en situación irregular continúa ocasionando una sensación contradictoria: por un lado, si se persigue, el vendedor no tiene alternativa; por otro, es imposible de erradicar con la legalidad vigente.
En la mayoría de casos del litoral de la Costa Daurada, al igual que sucede en muchas otras costas mediterráneas, se apuesta por desplazar el top manta, una práctica que no paga impuestos, ni tiene permisos y que en muchos casos toma ramblas y paseos de la zona. Desplazar no significa erradicar el problema, sino simplemente alejarlo del municipio donde se haya en ese momento.
Los consistorios de la Costa Daurada afectados significativamente por este tipo de ventas no tienen una política común al respecto.
Por ejemplo, en Salou aseguran que el top manta no existe en la localidad. «Las playas y los paseos de Salou están libres del top manta», aseguran fuentes del Ayuntamiento. Sin embargo, son muchos los comerciantes que se quejan de la existencia del top manta en buena parte de las horas centrales del día y, de forma más acentuada, a la caída del sol. Por la tarde, suele aumentar la cantidad de manteros que se sitúan en la frontera del paseo marítimo que une Salou con Cambrils. «Allí suele haber una gran cantidad de ellos. Es normal que la gente se pare y pregunte precios, pero eso a nosotros nos hace daño», dice un comerciante salouense que se ve perjudicado por esa venta ilegal.
Ligero repunte en La Pineda
Diferente es la visión desde Vila-seca, donde el área de Governació ha observado en este inicio de la temporada un pequeño incremento respecto al año pasado respecto a los manteros. Desde abril, y con la puesta en marcha del mercadillo semanal de temporada -hecho que ocurre cada viernes por la mañana en La Pineda- ya comenzó el control de prevención de la venta ambulante. El consistorio señala que «las zonas concretas son el mercadillo, el paseo marítimo y la zona de tiendas en el Passeig de Pau Casals».
Además, desde este mismo mes han entrado ya en servicio los policías de playa (seis nuevos agentes de la Policia Local a pie de playa hasta el próximo 30 de septiembre) a lo que hay que añadir la vigilancia que se realiza periódicamente con una patrulla de policías a lo largo del paseo marítimo y zona de tiendas.
A partir del próximo mes de julio existe la previsión de llevar a cabo patrullas mixtas compuestas por agentes de la Policia Local y Mossos d’Esquadra, similares a las que se venían llevando a cabo en los últimos años.
«Limitados» en Cambrils
Desde el gobierno de Cambrils tienen claro que las competencias municipales en este tema están «limitadas» a actuaciones policiales y campañas de sensibilización para ciudadanos y turistas para concienciar de cómo afecta comprar en el top manta al comercio de proximidad.
Desde ERC, formación ganadora, señalan que las administraciones superiores deben poner más recursos para evitar la circulación de productos ilegales y debe haber un mayor control de las aduanas. «La solución debe ser global. Queremos promover la creación de una red de municipios afectados para poder presionar a las administraciones competentes para poder resolver la situación», apunta Camí Mendoza.
Esta sería la postura común más importante de los municipios en esa lucha por intentar erradicar el top manta en la zona de la costa. Pero, mientras no se produce, debe ser la vigilancia (ya sea policial o privada) la que persiga a estos vendedores ilegales.
Por ello, Lluís Abella, líder de Junts per Cambrils que en este mandato llevará la cartera de Protecció Ciutadana, afirma que se debe continuar trabajando de manera conjunta entre Policia Local y Mossos d’Esquadra para reducir la venta ilegal en los diferentes puntos turísticos del municipio. «Sabemos que este problema no es exclusivamente de Cambrils, desgraciadamente lo tienen muchos municipios de la costa. Es complicado que nosotros solos acabemos con esta práctica y por ello necesitamos trabajar de manera coordinada con todos los cuerpos de seguridad como se está haciendo», señala.
Vigilantes privados en El Vendrell
En otros puntos de la Costa Daurada parece haberse rebajado la cifra de vendedores ilegales, aunque no quieren bajar la guardia ante un posible rebrote. Es el caso de El Vendrell y Calafell, que señalan que mantendrán las acciones de anteriores veranos para controlar el top manta. Destaca que en la capital del Baix Penedès se recurra a reforzar la vigilancia con patrullas de empresas de seguridad privada.
Para el Ayuntamiento de El Vendrell, se ha logrado reducir la presencia de manteros. Pero sobre todo, evitar que se acerquen a la zona del paseo marítimo de Coma-ruga donde hay más comercio. El objetivo es evitar una competencia ilegal directa ya que los manteros ofrecen algunos de los productos que tienen los comercios que pagan impuestos y generan empleo.
Los vigilantes privados permiten además liberar a agentes de policía de tener que realizar vigilancia estática, por lo que pueden destinarse a otras funciones tanto de seguridad ciudadana como de acudir a emergencias. Cuando sólo se contaba con agentes de policía para el control de los manteros, en el caso de tener que acudir a una emergencia, esa vigilancia quedaba desasistida.
Además de mantener esas barreras para evitar que los manteros se extiendan por todo el paseo, se mantendrán los controles en los principales accesos a la localidad tanto por carretera como en tren. El objetivo es evitar que los manteros lleguen a extender sus mantas. Esos controles permitieron el pasado verano decomisar gran cantidad de material que se trasladaba en coches.
Y, en el tema ferroviario, se sabe que muchos de ellos viajan en tren con abundante material para luego ser recogido por otros compañeros en la misma estación de destino.
En Calafell consideran que el fenómeno del top manta está controlado. El alcalde Ramon Ferré explica que se mantendrán las acciones de los últimos veranos. Consiste en patrullas de vigilancia de Policia Local a lo largo del paseo marítimo. Principalmente en la zona donde se concentra el comercio y la restauración. Para evitar esa competencia ilegal y también por motivos de seguridad por la gran cantidad de personas que hay en esa céntrica vía municipal.
En Calafell, el objetivo también es evitar que el mantero llegue a extender la manta.