Los hoteleros catalanes arrancan el mes de julio con buenas previsiones de empleo para un verano que podría alcanzar cifras récord en algunas zonas, aunque se enfrentan, como cada año, a la carencia « endémica» de personal.
La costa catalana volverá a llenarse de turistas en julio y agosto atraídos por el buen tiempo, la belleza de las playas y la amplia oferta de actividades que ofrece a los visitantes.
En declaraciones a la Agencia EFE, el portavoz de la Federació Empresarial d’Hostaleria i Turisme de Tarragona (FEHT), Xavier Guardià, espera un buen verano en la zona con porcentajes de ocupación que estarán entre el 80 y el 90 por ciento.
«Crecer en julio y agosto es muy difícil», apuntó Guardià, quien aseguró que la temporada turística se alarga desde hace años cada vez más en la zona y ya va desde Semana Santa hasta principios de noviembre y haciendo una clara apuesta por el turismo deportivo con actividades programadas en varias localidades de la Costa Daurada como Cambrils y Salou
Por otro lado, la gerente de la Unión de Empresarios de Hostelería y Turismo de la Costa Brava Centro, Judith Lloberol, dijo que no se atreve a pronosticar un verano récord pero sí una buena temporada, similar a la de año pasado.
Según Lloberol, la zona, que ya recuperó en 2023 las cifras anterior al Covid, ha cerrado junio con una ocupación del 85 por ciento y un fin de semana de San Juan «muy bueno» y comienza julio con reservas del 90 por ciento, mientras que la primera quincena de agosto alcanzan el 85% y la segunda, al 60%, aunque a medida que avanza la fecha, las ocupaciones van rápidamente al alza. Por otra parte, muchos hoteles de la zona ya tienen reservas para los meses de septiembre y octubre para americanos que realizarán cicloturismo, una actividad al alza.