Es uno de los espigones originales que hace décadas se colocaron en la playa de Cunit con el objetivo de frenar el impacto de las mareas sobre la costa y que erosionaban los arenales.
Pero esa barrera de piedras con una especie de conos horizontales en su parte superior para romper el oleaje ha quedado totalmente resquebrajado tras los últimos temporales. Incluso un gran fragmento de hormigón ha quedado sobre la playa.
La situación preocupa en Cunit, ya que, además de un riesgo para las personas que puedan subir al espigón, por el estado en que han quedado, ya no son eficaces para frenar al oleaje.
De las primeras
Esa barrera es una de las primeras que se colocó en la playa de Cunit y está relacionada con el que fue puerto de la central térmica ya demolida.
Datan de 1973 y durante 51 años no se ha hecho ningún mantenimiento de consolidación pese a que han resistido el embate de numerosos temporales.
Ahora el Ayuntamiento de Cunit advierte que por el estado que presenta ese espigón roto que está frente a la oficina de turismo, «exige una intervención rápida».
El teniente alcalde Cunit, Jaume Casañas, descarta que esa dejadez sea una estrategia que encierre la intención del Ministerio de Transición Ecológica de retirar los espigones, como se reclama desde algunos colectivos y porque el propio Ministerio es partidario de eliminar construcciones duras en el mar.
Pero «los espigones de Cunit no se tocan», advierte Casañas, que defiende que son la garantía para la conservación de las playas del municipio.
Explica que hay un estudio que señala como aconsejable incluso desplazarlos mar adentro, que haya barreras sumergidas o incorporar una especie de brazos que retengan la arena.
«Es el momento que se plantee un proyecto global de la mejora de todos los espigones de Cunit», reclama Casañas. Además de los tres originales vinculados al puerto de la térmica, con los años se construyeron otros que han permitido una singular configuración en forma de calas en las playas del municipio.
Pese a que el Ayuntamiento pide mantener todos sus espigones, los tres originales están sujetos al futuro del que fue puerto de la central térmica. Para esta estructura hay varias posibilidades, desde dejarla tal y como está al derribo completo o mantener solo una parte.
La decisión debe tomarla la Dirección de Costes de la Generalitat y el Ministerio. Endesa, propietaria de la estructura, emitió un informe en el que defendía mantener una parte y derribar uno de los diques.
A nivel ciudadano, también hay un debate entre quienes piden mantener los espigones y quienes consideran que deben retirarse todas las estructuras duras.