El frontal marítimo de La Pineda y la entrada marítima del Port de Tarragona transformarán su aspecto y su funcionalidad en los próximos años. Bajo el nombre de Cal·lípolis Next Generation, ayer se presentó en la sala de conferencias de la Autoritat Portuària de Tarragona (APT) un paquete de 11 proyectos (urbanísticos, medioambientales y tecnológicos) enlazados con una suma total de casi 260 millones de euros, cuya financiación se espera que llegue de Europa gracias a la convocatoria de los fondos Next Generation, 142.000 millones de ellos pensados para España.
La apuesta del Port de Tarragona con el Ayuntamiento de Vila-seca y Repsol (además de otras empresas e instituciones) no es una declaración de intenciones. Todo lo contrario, es un macroproyecto consensuado para que la vertiente industrial, la medioambiental y la turística encajen en un punto clave de la Costa Daurada «y que será referente posiblemente en otros proyectos de futuro en toda Europa», remarcó el presidente del Port, Josep Maria Cruset, y subrayó el alcalde de Vila-seca, Pere Segura.
Cal·lípolis Next Generation se centra en una superficie de 800 hectáreas, a caballo entre el término municipal de Vila-seca y terrenos del Port de Tarragona. En este espacio se han dibujado 11 proyectos con una partida económica asignada, que pretenden transformar el aspecto visual de La Pineda y del Port además de potenciar el desarrollo socioeconómico del territorio, impulso empresarial, convertir Tarragona en un nodo logístico de nivel europeo y recuperar el sector turístico de la Costa Daurada con un plus de espacios sostenibles.
El contradique, el eje vertebrador
Aunque Cal·lípolis Next Generation es una suma de proyectos enlazados entre sí para potenciar la sostenibilidad, la industria y el turismo, la primera ficha que mueve el engranaje es la prolongación del contradique de Els Prats, el espigón que delimita la zona turística de La Pineda de la actividad portuaria.
El contradique permitirá cerrar el Port de Tarragona, así de claro lo dijo el presidente del Port, Josep Maria Cruset. Con esta prolongación mar adentro, la funcionalidad de la actividad en aguas interiores es otra, empezando por la mejora del pantalán de Repsol y el cambio de carga y descarga de petroleros en la ciudad.
El contradique aprovechará su superficie. La idea es que «la piel» de este brazo de rocas y cemento sea reutilizado como la actual Escullera de Tarragona. Los proyectos, pendientes de concretar contemplan un paseo, zonas de solarium y posiblemente alguna piscina, señala el proyecto.
En este nuevo contradique, Cruset recordaba que habrá una zona de amarres de cruceros que compartirá logística con el muelle de Balears, de forma que en ambos puntos de atraque se podrá diversificar la entrada de este tipo de turismo en la Costa Daurada.
De la monoboya al pantalán
Con la prolongación del espigón, la funcionalidad de la monoboya pierde enteros y la carga y descarga de crudo se podrá hacer en el pantalán de Repsol, dentro de las aguas portuarias, aumentando seguridad en la operación y controlando cualquier fuga en una zona delimitada.
La adecuación de parte del pantalán de Repsol permitirá que los barcos de grandes dimensiones de hasta 140.000 TPM (tonelaje de peso muerto) ahora sí puedan acceder a aguas internas y no sea necesario comprometer la operación logística al estado del mar y con riesgo de fuga sin control a mar abierto. Esto es una de las dos grandes apuestas de la petroquímica en la zona.
La otra gran inversión será la construcción de dos nuevos depósitos de la fracción C4, de forma soterrada para evitar su impacto visual, que mejorará el almacenamiento de las cargas y descargas en el puerto de este producto.
El director del complejo industrial de Repsol, Javier Sancho, argumentó que el proyecto en global será un espejo para otras zonas y añadió que Repsol «como socio y motor económico del territorio, debía estar en este proyecto» ambicioso.
La playa y el ‘nuevo’ paseo
Si en la parte interior del puerto de Tarragona, gracias a la prolongación del contradique, se mejorará la actividad económica, en la parte externa el gran beneficiario será el litoral de La Pineda.
La primera medida de la prolongación del espigón tendrá repercusión en la playa. El objetivo es asentarla y ampliarla. No como ahora, con aportaciones anuales de arena procedentes del fondo marino que cada año las corrientes la quita de la orilla y la desplaza mar adentro.
Esta vez con el retroceso del paseo marítimo actual, con una desurbanización del frontal, se busca asentar la playa y crear una zona sostenible de dunas. «Esta actuación es rompedora, pero tendrá un beneficio global para nuestro municipio, además de consolidar el litoral», explicó Segura.
La eliminación de parte del acctual paseo permitirá ganar mentros y anchura a la playa y se estima que un mejor asentamiento de la arena que ahora el mar va llevándose en cada temporal. Para llevar a cabo este proyecto, se contará con la experiencia de la Universidad de Cantabria, que ya ha realizado numerosos proyectos en la Costa Daurada para fijar la arena y mantener la calidad de las playas actuales.
Ecosistema y Xarxa Natura
La segunda parte ecológica del proyecto también beneficiará a La Pineda. Por una parte, se restaurarán las 37 hectáreas del espacio natural Xarxa Natura 2000, un conjunto de antiguos humedales que se restaurarán con el tiempo para que sea un punto de parada de aves migratorias y la recuperación de especies en peligro.
La Xarxa Natura 2000 servirá no solo para restaurar los valores paisajísticos y ambientales de la zona, sino también potenciar el turismo y preservar la historia. En esta zona verde se encontraba hace dos milenios la villa romana Cal·lípolis que da pie al nombre del proyecto y cuyo mosaico (La Medusa, del siglo II dC) se expone en el Museo Arqueològic de Tarragona.
Si en la parte terrestre está este espacio natural, en la parte marítima, el objetivo de Cal·lípolis Next Generation incluye una puesta en valor del ecosistema, donde la colocación de biotopos buscará la recuperación de especies y paralelamente la preservación de las colonias de poseidonia entre otros recursos naturales del fondo de estas aguas.
ZAL: diversificación económica
Si la vertiente turística, social y medioambiental sale reforzada con estas acciones de gran envergadura, la culminación de ello será la parte económica que cierra el círculo de esta gran apuesta de futuro en el territorio.
La piedra angular de esta vertiente será la ZAL, la Zona de Actividades Logísticas, que debe urbanizarse en un espacio de 915.000 metros cuadrados. La construcción de este espacio y sus comunicaciones terrestres y férreas deben ser el imán para futuras inversiones y un complejo de naves industriales que diversifiquen la actividad portuaria.
Cruset estimaba en la presentación de que la ZAL supondrá la creación de más de 4.200 empleos directos e indirectos y un 20% más de actividades logísticas. «la ZAL es un atractivo para la inversión privada y un nodo logístico de primer nivel europeo», dijo el presidente.
Los 30 millones de euros para esta nueva zona logística irán complementados con 62,5 millones para desarrollar su connecitividad férrea y por carretera para que el tráfico de mercancías hacia Europa tenga la salida adecuada para su mejor eficiencia.
La digitalización
Finalmente, dos de los proyectos importantes aunque menos vistosos y de menor presupuesto que el resto, son el desarrollo digital del tracking de camiones para que el tráfico interno de vehículos por el interior del Port sea el más corto, rápido y sostenible posible (nuevo software) y la digitalización de la gestión de accesos para que la entrada y salida de vehículos del Port sea más ágil, segura, tras 10 años de laapuesta de entrar y salir del recinto de forma electrónica «sin papeles».