Cuatro meses después de que comenzaran las obras de construcción de la pasarela que debe servir para mejorar la accesibilidad para las personas en la avenida de Ramon d’Olzina de Vila-seca, el Ayuntamiento prevé que estén finalizadas y que tengan ya un uso normalizado en su finalización.
A día de hoy, la circulación de vehículos ya está restablecida, a pesar de que no está permitido aún el paso por la pasarela. A partir de la próxima semana se activarán las obras para terminar una reordenación de luminarias y puntos de luz, al tiempo que comenzarán también los trabajos para instalar una barandilla protectora a lo largo de todo el recorrido de la pasarela. También se ha construido una nueva acera hasta la entrada del polígono de la Estació.
Inicialmente, las obras debían alargarse hasta el pasado mes de diciembre, aunque finalmente no se materializarán definitivamente hasta dentro de cuatro semanas.
Los trabajos han tenido un coste total que asciende a 124.514 euros.
Ideada ya en 2017
La construcción de la pasarela se materializa después de que en 2017 el entonces alcalde, Josep Poblet, ya pensara en esta iniciativa. Se trataba de mejorar la accesibilidad para peatones en todo el entramado de la ciudad y uno de los puntos más complejos para el paso de los viandantes se hallaba en la avenida Ramon d’Olzina, a la altura de la antigua N-340.
El puente ferroviario que cruza por debajo de este vial tiene una anchura pensada para un doble carril de circulación, uno por cada sentido de la marcha, y un estrecho margen para evacuar las aguas de lluvia en días señalados.
La idea del Ayuntamiento ya era entonces práctica y permitía respetar la anchura actual del puente, que no podía alterarse.
Al tratarse de una zona de influencia de Adif, el consistorio de Vila-seca ya solicitó en su momento un informe a la empresa responsable de la infraestructura ferroviaria para iniciar las obras de este paso peatonal por debajo del puente del tren. En fechas posteriores, Adif acabó dando permiso para poder llevar a cabo esta mejora que afectaba a una de sus instalaciones.
La idea inicial, que posteriormente fue la que se materializó, era la de hacer una sola pasarela en uno de los lados (ver imagen) de forma que no modificara el espacio de los dos carriles de tráfico que actualmente permiten una conexión con la A-7 y la N-340 hasta Tarragona.
Satisfacción vecinal
El pasado viernes eran varios los vecinos de la localidad que contemplaban el paso de los vehículos por la zona después de que días atrás quedara abierta al tráfico rodado.
Alguno, incluso, ya se atrevió a cruzar el puente por la pasarela a pesar de que un vallado dificultaba su acceso. «Es un tanto irresponsable. Yo no me atrevería a hacerlo», apuntaba Mario, quien se alegraba de que «estén tan cerca de acabarse estas obras que nos permitirán pasar de un lado al lado sin correr riesgos de que te atropelle un coche».
Para Pilar, «llevábamos mucho tiempo con la promesa de que se haría el paso, facilitando esta salida hacia el lado de Tarragona. Creo que, por fin, se ha hecho realidad».
«El puente en sí ya suponía un obstáculo en uno de los límites de la población», recuerda Alberti, que se mostraba satisfecho de que esta promesa de tiempo atrás llegue a materializarse ahora. «Como suele decirse, más vale tarde que nunca. Llega con retraso, pero por fin podremos ir por una acera», concluía Miguel.