La Costa Daurada, un lugar perfecto para reposar y disfrutar

Monumentos romanos, edificios modernistas, monasterios, 'castells', pueblos perdidos y vinos, así como una gatronomía exclusiva, son parte de la carta de presentación de una zona nacida para que el visitante la disfrute

29 enero 2024 13:24 | Actualizado a 29 enero 2024 13:30
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La Costa Daurada es un lugar perfecto para reposar, disfrutar y conocer un poco más la historia del territorio tarraconense que atrae tanto a foráneos como a los vecinos. Por una parte, tiene unas playas envidiables y un ambiente de ocio que es puntero incluso a nivel europeo. Por otra, cuenta con parajes bellísimos que no pueden dejar de visitarse. La diversidad es clave para explicar la riqueza de la parte interior de la Costa Daurada con monumentos romanos y edificios modernistas imponentes, acompañados de manjares locales como los calçots. Todo ello hace que las vacaciones sean irrepetibles para pasar solos, con amigos o en familia.

Un imprescindible es la ruta romana que permite conocer la historia de la ciudad de Tarragona mediante los principales monumentos conservados de aquella época, momento de máximo esplendor de la ciudad.

El conjunto arqueológico de Tarraco, que en el año 2000 logró la declaración de Patrimonio Mundial por la UNESCO, cuenta con espectaculares espacios caso del Amfiteatro, el Circo, el Foro o el Pont del Diable, entre muchos otros.

Reus es, por su parte, la ciudad con más vestigios modernistas de toda Catalunya tras Barcelona. No es baladí que entre los padrinos ilustres de este municipio se encuentre Antoni Gaudí, nacido en la ciudad, aunque para algunos el genial arquitecto sea oriundo de Riudoms.

Algunos de los edificios más singulares son la Casa Navàs o el Institut Pere Mata. Otras joyas del modernismo, complementadas con el centro de interpretación Gaudí Centre, son las conocidas Casa Gasull y Casa Rull de Domènech i Montaner, la última declarada Bien Cultural de Interés Nacional.

Salou, además de sus playas y calas diversas y un nivel de restauración que cada vez va a más, cuenta con un espectacular Camí de Ronda, complementado por varios miradores, que permiten desconectar junto al mar.

Mientras, la Baronía de Escornalbou es un tesoro por descubrir a pocos minutos del epicentro de la Costa Daurada. Se trata de un espacio rural que cuenta con un castillo monasterio construido en el siglo XII.

De su castillo destaca la biblioteca y la rica colección de grabados, cerámica, muebles y piezas de la colección que Toda había reunido en sus viajes. Este verano el monumento reabrió sus puertas tras tres años de trabajos de rehabilitación.

En Poblet se pone de manifiesto el hecho de que todavía existe la vida monástica

Para continuar el recorrido, el Priorat es una de las mejores opciones. Aseguran sus habitantes que no tener prisa es la mejor receta para poder saborearlo. Los inigualables parajes del Parc Natural del Montsant pueden ser un gran inicio de día para continuar con una degustación de cualquier vino de la Denominación de Origen Montsant o de la Denominación de Origen Calificada Priorat.

Otros lugares que se pueden visitar dentro del Priorat son Siurana o Albarca. Mención aparte es la Cartuja de Escaladei, un monasterio construido en el siglo XII que pasó a convertirse en la primera cartuja de la Península Ibérica. Hoy se pueden visitar sus ruinas.

Sin abandonar el interior de la Costa Daurada, nos encontramos con la Ruta del Cister. Si unimos el misticismo con la cultura y las ganas de conocer el pasado de la zona no podemos perdernos esta ruta, que consta de un recorrido por tres monasterios: el de Poblet (catalogado como Patrimonio Mundial por la UNESCO), el de Santes Creus y el de Vallbona de les Monges (este último ubicado en Lleida).

En el monasterio de Poblet se pone de manifiesto el hecho de que todavía existe la vida monástica. Es, de toda la Ruta del Cister, el monumento de mayor envergadura y está rodeado del Paraje Natural de Poblet.

Valls, calçots y castells

Tras un buen paseo por la Costa Daurada, gastronomía y espectáculo pueden ser las dos propuestas siguientes. Para ello es ideal la capital de la comarca del Alt Camp, Valls. Los calçots son un manjar admirado a nivel internacional. Estas pequeñas cebollas alargadas, mojadas en la mejor salsa romesco y maridadas con un buen vino de la tierra, son toda una experiencia. También lo es una buena jornada de castells, declarados Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

El Museu Casteller de Catalunya (MCC), en Valls, es el epicentro del mundo casteller, representada por el valor; el sentido común, el equilibrio y la fuerza. Valores que glosó el poeta de la Renaixença, Josep Anselm Clavé, y que se han convertido en el lema casteller.

Mientras, las camisas que visten los integrantes de las colles son el eje de la exposición temporal. Ordenadas de forma cronológica, el tendedero de camisas permite al visitante entender la evolución de esta tradición nacida hace más de doscientos años.

La Tarragona romana es Patrimonio Mundial por parte de la UNESCO desde el año 2000

Para finalizar, un día por la montaña. Prades se convierte en la estrella de la corona. Situadas en las comarcas del Baix Camp, Alt Camp, Conca de Barberà y Priorat, las montañas de Prades, certificadas como Destino de Turismo Familiar por la Generalitat de Catalunya, ofrecen rutas para todas las edades y de cualquier dificultad.

Pasear por sus montañas no impide visitar otros lugares bellos como el mismo municipio de Prades, la Ermita de l’Abellera, el valle de Capafonts, La Mussara o La Febró, entre otros.

Es también remarcable que las montañas de Prades y la Serra de Montsant se han convertido en la zona más grande de Europa en tener el cielo nocturno protegido. El cielo nocturno de Prades, a 1.000 metros de altura, ofrece unos indicadores de transparencia y estabilidad atmosférica muy superiores a otras zonas de menos altura. Las nieblas y las nubes provenientes de los municipios cercanos rodean el llamado Pla de la Guardia, que queda descubierto y con unas vistas inigualables en casi cualquier punto del país.

La Conca de Barberà

Por último, pero no menos importante, entra en escena la Conca de Barberà con Montblanc, la capital de la comarca, que luce su muralla del siglo XIV, que consta de 1.500 metros y una treintena de torres.

Al lado de Montblanc, el municipio de l’Espluga de Francolí alberga el Museu Terra/Museu de la Vida Rural o sus cuevas, unas cavidades naturales que utilizaban los hombres desde el paleolítico. Su interior guarda un museo que hará participar a sus visitantes. Para finalizar, podemos dirigirnos al museo del cristal de Vimbodí, donde cualquier forma imaginable está allí representada con cristal.

Perderse entre los recovecos mencionados del interior de la Costa Daurada resultará un placer para los visitantes. Paseos, buena comida, actividades para todos y un sinfín de posibilidades en este destino.

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