El Ampa de la escuela Marinada de Cambrils ha manifestado en una carta su indignación por haber perdido una de las líneas de P3 para el curso 2020-21. Los padres y madres consideran que no cuentan con el apoyo del departamento de Ensenyament de la Generalitat a pesar de los esfuerzos que hacen desde la asociación para atraer a nuevos alumnos y no convertirse en la escuela más segregada del municipio.
«Nos quieren pequeños, con una línea menos, y sobre todo, concentrados y dotarnos con menos recursos», afirma Jorge Brota, vicepresidente del Ampa. En declaraciones al Diari, el cambrilense asegura que cada año la Marinada parte con desventaja respecto a las otras escuelas. «Cuando se hace la oferta inicial de plazas solo nos otorgan una sola línea mientras que el resto parten con dos. Esto es muy perjudicial puesto que hace que algunas familias no nos elijan como primera opción. Tendríamos que salir en las mismas condiciones que el resto», explica.
Esta segunda línea se puede recuperar si hay un número de preinscripciones superior a 40 alumnos –son 22 estudiantes por aula-, pero este año solo se han apuntado 34 niños, por lo que 12 de ellos se han quedado fuera. «No hemos llegado a llenar dos clases enteras, como sí ocurrió el año pasado, por lo que nos quedamos con una única línea de forma definitiva», lamenta Brota.
El vicepresidente añade que las plazas que se han llenado este año son de niños que ya tienen hermanos en el centro, por lo que las nuevas familias que habían escogido a la Marinada como primera opción se han tenido que ir a otras escuelas, a pesar del trabajo, tanto por profesores como padres, para ser un centro diverso y no segregado como en la actualidad.
La escuela del barrio
Desde el Ampa recuerdan que la Marinada, creada en 1984, llegó a tener hasta tres líneas por curso. Su ubicación, al lado del ayuntamiento y de los barrios del Eixample Platja y Vila, fue clave para que las familias apuntaran a sus hijos. No obstante, la situación fue cambiando con la llegada de inmigrantes en los años 2000. «Hubo un efecto huida muy grande por parte de muchos padres de alumnos», señala Brota.
A lo largo de estos últimos años, desde la asociación de padres y madres han intentado convertir la Marinada en la escuela del barrio. «Es un centro que tiene una calidad educativa muy alta. Somos una escuela plural y nos enorgullece serlo. La mayoría la hemos escogido siendo plenamente conscientes de esta realidad y valorando positivamente esta educación. Desde nuestro punto de vista la heterogeneidad cultural es positiva», manifiesta el representante, que puntualiza que el problema no es que no quieran inmigración, sino que quieren que sea una escuela representativa que refleje la realidad que se vive en la calle.
Por ello, el Ampa reconoce sentirse «frustrado» por los esfuerzos realizados para mantener la segunda línea que este año se han vuelto «inútiles». Brota apunta que la queja se ha hecho llegar al director general dels Serveis Territorials d’Ensenyament a Tarragona para poder ampliar la oferta el próximo curso. «No queremos que nos marquen como la escuela que debe tener una línea menos», concluye.