La proliferación de jabalíes en zonas urbanas supone un riesgo para la población ya que son animales salvajes que no dudan en atacar si se sienten amenazados.
Pero también son un peligro para la seguridad vial ya que estos animales entran en carreteras y autopistas con el consiguiente riesgo para la circulación como ha sucedido hace unos días en la C-31 en Cunit.
Por ello en las últimas semanas en Cunit se han realizado batidas autorizadas por la Generalitat para cazar ejemplares ya que han incrementado su presencia en zonas urbanas atraídos por la gran cantidad de bolsas de basura tiradas fuera de los contenedores.
Agresivas y poco efectivas
Sin embargo la caza no es la solución para controlar a las poblaciones de jabalíes como señala la plataforma Defensa Animal, que apunta medidas más efectivas y menos agresivas.
La bióloga de Defensa Animal, Rosa Más, explica que «desde nuestra plataforma animalista rechazamos cualquier solución que implique matar animales» y apunta que otros métodos comunes como cazarlos con jaulas para después sacrificarlos «además de inaceptable desde la ética más básica, ni siquiera es una solución eficiente, todo lo contrario». La asociación explica que hay medidas más «efectivas, ecológicas y éticas».
La acumulación de bolsas de basura fuera de los contenedores atrae a los animales para buscar comida
Rosa Más señala que en los grupos de jabalíes existe una hembra que controla la reproducción de todo el grupo. Es la matriarca. «Emite feromonas que inhiben la reproducción de otras hembras».
Pero «si esa matriarca es eliminada, se descontrola la reproducción de todo el grupo. Las hembras que estaban inhibidas entran en celo y empiezan a reproducirse, lo que significa muchas más hembras reproductoras, más camadas y más numerosas».
Añade que la pérdida de individuos en un grupo «provoca que los supervivientes se reproduzcan a mayor velocidad para recuperar la población».
La proliferación de jabalíes por calles y que en la costa llegan hasta la playa y paseos marítimos es en muchos municipios. Los jabalíes no tienen depredadores naturales y se expanden sin miedo en busca de comida.
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Una de las medidas que también suele aplicarse y que para la entidad no es efectiva es la instalación de puntos de alimentación para ser cazados. Con ello se «fideliza a los animales» que «se acostumbran al entorno humano y a no tener que buscar el alimento, lo que provoca el acercamiento a los núcleos urbanos», explica Más.
De cultivos barrera ala esterilización o la castración química son algunas alternativas para Defensa Animal
Pero además la bióloga de Defensa Animal señala que «el problema es que no sabemos cuál es el problema, no sabemos si hay superpoblación real, entendida como un número de animales que el ecosistema no puede asumir, si se trata de familias transeúntes o de comunidades residentes, no sabemos si hay un grupo que se ha desequilibrado».
¿Cuáles son las alternativas que plantea Defensa Animal?
Rosa Más explica que hay zonas donde se crean lo que se conoce como cultivos barrera. En estos se plantan especies que no son de interés comercial pero sirven de alimento para los jabalíes que entonces ya no van a campos agrícolas.
Pero ¿y donde la actividad agrícola es residual porque todo son urbanizaciones? Más señala que entonces la solución más efectiva es la esterilización y que en Catalunya la Universitat Autònoma de Barcelona ofrece campañas de esterilización que logren frenar el número de ejemplares. También en algunas zona se han realizado castraciones quirúrgicas.
Por ello reclama «un estudio pormenorizado de por qué están ahí, no solamente si hay más o menos, caracterizado las poblaciones». Añade que «en muchas ocasiones, son los propios cazadores los que en las granjas cinegéticas crían a estos animales para después soltarlos y cazarlos a tiros con mayor facilidad, pues son prácticamente animales domésticos».
Según datos del Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos, hay más de un millón de jabalíes en España y esa cifra se podría duplicar en 2025.
Las posturas de Defensa Animal son criticadas desde las asociaciones de cazadores que señalan que un descontrol de la población de estos animales incrementará riesgos de accidentes, posibles ataques a personas, daños en cultivos y la transmisión de enfermedades a otros animales.