Durante todo el verano los vecinos de El Vendrell, Calafell y Cunit han visto como muchas de sus calles han sido auténticas selvas, con hierbas que crecían hasta el punto de que en algunos tramos era difícil caminar.
Los vecinos denuncian la falta de mantenimiento y señalan que, además de una imagen de dejadez, estas hierbas pueden suponer un foco de insectos. Por su parte, los ayuntamientos argumentan que es difícil hacer un seguimiento diario de una gran extensión de calles.
En consecuencia, se ha podido ver como en algunas calles los propios residentes ejercían de jardineros, cortando hierbas de las aceras.
En el último pleno municipal el concejal de Ecología Urbana de Calafell, Aron Marcos explicó que en el municipio hay 230 kilómetros de calles, lo que son 560 de aceras, por lo que es imposible repasarlas a diario.
La acumulación de sedimentos que dejaron las lluvias de primavera favorece ese crecimiento en zonas que son húmedas por la proximidad de alcantarillas y por el calor.
En la sesión plenaria, Marcos explicó que es imposible retirar todas las hierbas, pero anunció que el objetivo es «intentar pasar una vez al mes por cada calle». Además añadió que una reparación de las aceras ayudará a que no crezcan tanta vegetación.