La funesta gota fría obligó, naturalmente, a la suspensión de los ‘platos fuertes’ del Salouween de este año. Este fin de semana se llenan las calles de la capital de la Costa Daurada de calabazas, telarañas, brujas, esqueletos y otros fantasmagóricos elementos de la ya adoptada cultura yanqui. La programación festiva ofrece actividades para todos los públicos: música, decorados, teatro y desfiles esperpénticos, gastronomía... Pero, sobre todo, quienes más deberían disfrutar son los más pequeños.
Por esto mismo, los niños han dado el pistoletazo de salida a estas jornadas de ‘terror’. Una multitutd de niños y familias han llenado la plaça del Carrilet en el Salouween Infantil. Lo han pasado de miedo. Pintacaras, disfraces, juegos... todo lo que uno puede esperar de una fiesta infantil al completo, adornada con un toque sombrío.
Música y copas fantasmagóricas
El passeig Jaume I no se libra de la espeluznante tematización. Es el punto neurálgico de la celebración durante todo el fin de semana. El paseo acoge el Salouween Street Festival. Aquí los visitantes se pueden acercar, de mediodía a medianoche, para pasar un buen rato. No falta nada: espectáculos, música, animación, feria y zona infantil. La presencia de una veintena de casetas de comercios locales ofrece la posibilidad tomarse un cóctel o una hamburguesa, rodeado por los neones y DJ en cuatro escenarios. Quizás alguien se lleva un susto con comitiva de catrines que se pasea por la zona.
No faltan las visitas institucionales del consistorio. El alcalde de la villa, Pere Granados, se dejó ver por el paseo, donde se acercó a saludar a los vecinos y trabajadores de los puestos del Street Festival. Granados aseguró que «Salouween no marca el fin de la temporada turística, sino que es el inicio de la próxima».
Dejando esto de lado, la verdadera fiesta de los horrores llega a las 19:30, cuando media ciudad es atravesada por la Salouween Parade: un desfile macabro de zombis, poltergeists y asesinos. Esta black parade es el acto central de esta fiesta, y se nota. Centenares de disfraces y máscaras dejan sustos y carcajadas a partes iguales. A la comitiva de carrozas se suman algunos visitantes que se han preparado las indumentarias para la ocasión: Pennywise, Freddy Krueger, Ghostface... Todos ellos acompañados por una charanga.
Un apunte para los más tradicionales: por fortuna, el Salouween no ha dejado de lado a la Castanyada. La plaça del Carrilet será la sede de una mañana de sábado de castañas, panellets y otras actividades (menos tétricas).
Sea como sea, tener una ‘Fiesta Mayor del miedo’ es una apuesta municipal que ayuda a desestacionalizar su oferta turística y atraer visitantes en otoño e invierno. Es una oportunidad única para quitarse el estigma. Salou no es solo fiesta y playa, quiere ofrecernos algo los 365 días; hoy también es zombis y calabazas.