La sección de apelación penal del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) ha desestimado el recurso de apelación presentado sobre la condena a un hombre que asesinó con alevosía al amante de su expareja. La misma sentencia, ya definitiva, mantiene las indemnizaciones a las partes implicadas que suman un millón de euros.
Los tres magistrados han comunicado este miércoles, 2 de noviembre, la sentencia, tras la vista que se celebró la última semana de octubre. En la misma, concluye afirmando que los tres jueces “fallamos, en atención a los expuesto, no haber lugar al recurso de apelación (...) contra la sentencia de 31 de mayo de 2022 del Tribunal del Jurado de la Audiencia de Tarragona, cuya resolución confirmamos”.
La sentencia definitiva ha agradado a la acusación particular del caso, que la llevaba el abogado Fernando Martínez, quién ha remarcado que el TSJC ha ratificado los argumentos y la decisión del jurado que se reflejaron en la sentencia del pasado mes de mayo.
El recurso que presentó la defensa del acusado, ingresado en la cárcel desde finales de 2020, intentaba desmontar la alevosía que acompañaba el delito de asesinato y que el jurado popular, según la defensa habría valorado erróneamente.
El segundo argumento se basaba en la “indebida inaplicación” del artículo del Código Penal que habla de la confesión. La defensa remarcaba que el acusado ya se consideraba autor de los hechos en la misma noche cuando preguntó a los policías cuántos años le caerían de condena por lo que habría hecho.
El tercer argumento del recurso sería otra indebida aplicación del Código Penal ya que la defensa argumenta que el acusado se encontraba en estado de profunda ofuscación y el arrebato de obcecación.
Los tres argumentos esgrimidos no han alterado la sentencia que emitió el Juzgado de Instrucción Número 4 de Tarragona el pasado 31 de mayo y el TSJC mantiene los delitos y su respectiva condena: 18 años y 4 meses y una indemnización de un millón de euros.
La noche del 27 de agosto de 2020
El autor del asesinato del amante de su exesposa en la noche del 27 de agosto de 2020 eran amigos desde hacía tiempo. EL crimen se perpetraba en un chalet de Vila-seca, donde la expareja del condenado tiene sus raíces.
El deterioro de la relación del acusado y su hasta entonces pareja, terminó con la separación. Él se quedó en Barcelona con los tres hijos que tenían (y un cuarto de otra relación) y ella bajó a Reus a vivir con una amiga.
En estas circunstancias, fallecido y exmujer del asesino iniciaron una relación en 2020 y en la tarde del día 26 se citaron en Vila-seca, donde reside la familia de la exmujer.
El acusado viajó el mismo día desde Barcelona hasta Vila-seca y en esta ciudad adquirió dos cuchillos de pesca y una caja de guantes de látex. Aguardó en las inmediaciones de la casa donde estaba la pareja e irrumpió en ella de madrugada, por una puerta trasera.
Subió y acuchilló al fallecido una decena de veces. Algunas de las puñaladas alcanzaron órganos vitales y falleció en el suelo minutos después. Su exmujer se despertó y discutieron. No la agredió, pero la presencia policial tras el aviso vecinal de un posible robo de vivienda motivó a que la amenazara para poder sacarse de encima a los agentes. No lo consiguió y terminó detenido. Admitió ser el autor del crimen, aunque ha intentado sin éxito afirmar que fue en defensa propia.
Tras la detención y la puesta a disposición judicial, el acusado ingresó a prisión y solo ha salido de ella para las vistas de su juicio.