Peatonalizar un tramo de la calle Barcelona de seis de la tarde a medianoche era una de las propuestas con las que trabajaba el Ayuntamiento de Salou para los próximos meses. La idea era empezar con la prueba piloto este verano. Parecía inminente. Pero al final no será así.
Han hecho una «profunda reflexión» y han decidido que el momento actual no es el adecuado para poner en marcha un cambio de estas características. Así que, por ahora, ha quedado en standby.
Según explica el alcalde, Pere Granados, «es el único paso que une la playa con la montaña, y mientras exista la vía del tren, cerrarlo seis horas tendría un efecto impresionante en la circulación». Granados considera que ahora no sería positivo plantear una medida como esta. Al menos mientras sigan allí las vías del tren.
«A la vista de que ya se podía entrever que se generaría cierta problemática, mejor dejarlo pasar hasta que retiren las vías», insiste el edil, quien considera que en la situación actual, tomar una medida como esta podría generar importantes problemas de movilidad tanto a los vehículos como a los peatones. «¿Cómo puedes decirle a un vecino que vaya hasta la plaza Europa si quiere ir al puerto? ¿O que debe pasar por las calles Carril, València y todos los recovecos que hay por allí?». No tendría sentido», remarca.
El edil, aun así, se muestra escéptico en que el desmantelamiento llegue a tiempo por parte de la administración competente, e insiste en la intención de hacerse suyas las vías. «Si no las quitan, asfaltaremos las calles por encima y listos», reitera. Pero todo ello hace injustificable la peatonalización de la calle Barcelona, que es una de las más transitadas, sobre todo en temporada alta.
Asegura que están dispuestos a actuar en todo el municipio pero que la barrera arquitectónica que supone la vía les impide tomar algunas decisiones hacia esta dirección. «Salou está trinchado y nos causa muchos problemas de movilidad. Hay que estudiar muy bien cada paso», remarca.
Priorizar al peatón
«Cuando tengamos normalizada nuestra movilidad será el momento de estudiar de nuevo si hacer peatonales no solo la calle Barcelona en periodos de tiempo determinados, sino también otros viales del municipio», remarca el alcalde.
De hecho, por ahora no cierra la puerta a este proyecto. Simplemente, asegura, prefieren ser prudentes y parar un tiempo. Pensarlo bien. Esperar a que la situación cambie. Y tomar la decisión en el momento que realmente se considere oportuno.
Granados asegura que en el consistorio hacen una firme apuesta por dar más importancia al peatón que al vehículo. «El futuro de la ciudad camina hacia esta dirección», apunta. E insiste en que, en la medida de lo posible, realizan este tipo de intervenciones.
Pero en los lugares que se prestan a ello. «En el caso de la calle Barcelona, el gran hándicap son las vías y por ahora tomar esta decisión supondría crear más problemas que soluciones», subraya. Y adelanta que, cuando las retiren –si finalmente ocurre– se plantean peatonalizar todo el paseo Miramar.
Habla de la calle Josep Carner como «un éxito total». La calle Lleida, que sería semipeatonal, «también ha sido un acierto». Y afirma que se quitan plazas de aparcamiento para ampliar el espacio de «use y disfrute de las personas». Granados explica, asimismo, que la filosofía con la que trabajan es la de «recuperar espacios públicos que ahora usan los vehículos en favor de las personas».