Hace dos años decidió comprar un apartamento en Salou. En la zona de acantilados. Con el objetivo de alquilarlo para poder tener algún ingreso extra pensando en el futuro. Porque las cosas están complicadas.
Alex lo alquiló el primer año para los doce meses, pero después optó por la opción del apartamento turístico. «Creía que tenía más garantías porque el inquilino está unos días y se va». Así, obtuvo la licencia turística y paga los impuestos como tal.
El pasado año con la pandemia la ocupación fue mínima y este año parece que se ha reactivado la demanda. Pero el propietario del piso no podrá aprovecharlo. Unos vándalos que lo alquilaron hace unos días para el fin de semana lo han destrozado literalmente.
Perdonen las molestias
Mobiliario reventado, puertas desencajadas, el aire acondicionado inservible, sanitarios rotos, sofás y colchones rajados, paredes embadurnadas... Y una indignante pintada en una pared: Perdonen las molestias.
El propietario del piso calcula los daños en unos 13.000 euros a los que hay que añadir que el apartamento no podrá alquilarse en toda la temporada ya que exige obras y la renovación de todo, lo que también supone un perjuicio.
Alex ha denunciado los hechos en los Mossos d’Esquadra y también en la plataforma en la que tenía el piso para alquiler vacacional. Espera que la plataforma le de una respuesta y si se hace cargo de sufragar algunos de los desperfectos.
Seguro
Los ocupantes del piso están identificados, «pero ahora a ver si se les pueden reclamar los daños». Hicieron una reserva para viernes, sábado y domingo. Eran cuatro jóvenes, alguno menor de edad.
El seguro que tenía contratado para la vivienda no cubre los destrozos ya que en el caso de destinarse el piso a alquiler turístico requiere de una cobertura específica que en este caso no tenía.
Según explica el propietario, el piso lo alquilaron cuatro jóvenes que en la noche del viernes de hace una semana ya causaron molestias por lanzar petardos a un edificio cercano, por lo que tuvieron que acudir los Mossos por la llamada de los vecinos. El sábado comenzarían los destrozos por los ruidos que los residentes en el edificio explicaron haber escuchado.
También tuvieron que acudir los mossos pero el dueño no pudo acceder a su propiedad hasta el domingo ya que era cuando los inquilinos, por contrato, podían estar en el interior.
El dueño pudo entrar el martes. Ya se esperaba lo peor. «Estaba todo destrozado. No había nada que no estuviese golpeado. Todo por el suelo o arrancado. Puertas arrancadas. Como si hubiesen tirado petardos en el lavabo».
Nevera abollada, la televisión y cafetera han desparecido, platos, ollas y vasos destrozados, bañera golpeada, cuadros rotos... Como si hubiese pasado una apisonadora por el piso. Y esa provocadora frase pintarrajeada en una de las paredes: Perdonen las molestias.
A esperar un juicio con una resolución incierta y tener que pagar las reparaciones
Al propietario de la vivienda destrozada en Salou sólo le queda esperar el juicio que con toda probabilidad se retrasará en el tiempo Y aún así teme la impunidad con la que pueden quedar los denunciados.
Además de no poder utilizar este verano la vivienda que compró con el objetivo de alquilarla, deberá realizar un desembolso que supera los 14.000 euros en reparaciones.
También espera que la plataforma de alquiler vacacional en la que tenía depositada la propiedad le aporte alguna solución o asuma parte de las reparaciones.
En estos casos si el huésped ha causado daños y asume sufragarlos, el propietario recibe el importe en una semana. El problema es cuando el inquilino no acepta pagar por los daños que haya podido causar. En ese caso comienza un proceso que puede resultar muy largo y costoso con incierto resultado.
¿Dispuesto?
De momento el propietario ya ha puesto una denuncia en los Mossos d’Esquadra pero esperaría agilidad en una resolución que pueda compensarle los daños sufridos.
«Dispuesto a volver a alquilar para piso turístico? Ahora no tengo ganas de nada. Me han causado un gran destrozo y tengo que destinar mucho dinero para poder arreglarlo».