Siscu Morell e Ildefons Oliveras aguardaban sentados en sus sillas bajo el arco de meta instalado a pie de la rampa de salida al mar, junto al barlovento del Club Nàutic Cambrils. Durante tres horas, bajo un sol de justicia, no se separaron ni un solo instante de ese lugar tan especial e idílico para los cambrilenses. Ambos, afectados por la ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), esperaron allí todo ese tiempo para entregar personalmente la medalla conmemorativa que acredita a cada uno de los 140 nadadores y nadadoras participantes como finishers de la primera edición de la Swim for ELA.
Lo hicieron con los representantes del Club Natació Tarraco que ‘volaron’ sobre el agua para plantarse en poco menos de cinco horas hasta Cambrils y lograr tan simbólica victoria; se la colgaron al ‘tragamillas’ Jordi Cervera, a los Malalts d’Aigua y a Daniel Rosinés, los promotores de este reto que apadrinó Juan Carlos Unzué; y a Raül Romeva, uno de los presos políticos que es especialista en aguas abiertas y nadó 8.000 metros.
Aunque especialmente emotivo fue cuando Siscu e Ildefons entregaron el metal a dos deportistas que perdieron a su padre y madre a causa de esta enfermedad: Alex Piqué, componente del Cambrils Club Natació, y la morense Cristina Vallespí, del equipo íntegramente femenino de Malalts d’Aigua.
Un recuerdo para los fallecidos
Esta vez las sonrisas y la alegría, así como las fotografías con el gesto de la L, ganaron a las lágrimas. También las hubo, sobre todo en Port Calafat, justo antes de la salida, durante el cálido minuto en memoria de los fallecidos por la ELA que los nadadores guardaron, arrodillados sobre la arena de la playa, mientras de las cuerdas del violín de Astrid Torrente sonaba un sentido y vibrante ‘Cant dels Ocells’ (se puede ver el video de ese momento en nuestra web).
En Cambrils, a su llegada al Nàutic, los nadadores se fundieron en cambio en cariñosos abrazos después de tan grandísimo esfuerzo, bajo el aplauso de los asistentes. Durante la espera hubo multitud de actividades solidarias, al alcance de todos, que el club preparó como siempre con enorme cariño al igual que el resto de entidades colaboradoras con los productos de merchandising que se ofrecían junto con una fideuà y una tapa de mejillones.
Todos los fondos recaudados se destinarán a la investigación de la enfermedad a través de la fundación Francisco Luzón. Su viuda, María José Arregui, explicaba a los presentes, entre ellos el alcalde Cambrils Oliver Klein y el presidente del Nàutic Ramon Vallverdú, que la tramitación en el Parlamento español de la ley de la ELA, para acompañar a quienes la padecen, «supone el presente en la lucha contra esta enfermedad y la investigación, el futuro».
La Swin for ELA ha venido para quedarse y Cambrils la esperará a partir de ahora anualmente para acogerla con los brazos abiertos. Este viernes, por cierto, en el hotel Mas Gallau, se vivirá la segunda parte con la cena solidaria de la que ya no quedan tíquets. Durante la velada se anunciará la recaudación total de la Swin for ELA y también del vino ‘Secrets de Mar’, de Clos Galena, que destina un euro de cada botella vendida a la causa.